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19 de abril 2024
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OpiniónRamón SabaRamón Saba

Verouschka Freixas

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Nació el 10 de mayo de 1971 en Jarabacoa. Su nombre completo es Nina Verouschka Freixas Echalar.

 

Escritora de literatura infantil. pintora, ilustradora, profesora de arte, escenógrafa, y psicóloga clínica. Ha expuesto su obra tanto en su país la República dominicana como en: Londres, Alemania, Suiza, Miami, Brasil, Perú y Puerto Rico. Estudió Diseño Gráfico Publicitario en la Universidad APEC y Psicología Clínica en la Universidad de la Tercera Edad (UTE). Siempre ha tenido su propia escuela de arte, ejerciendo además como pintora y escenógrafa. Imparte talleres y realiza proyectos de arte para instituciones, tanto públicas como privadas, entre ellas el Banco Central de la República Dominicana, el Museo de Arte Moderno, Ferias del Libro, Teatro Alternativo, Centro Cultural de España, POVEDA, Fundación La Merced, Casa del Jubilado del Banco Central, Proyecto Radioteatro del Centro de Recursos Multimodales CREM del Instituto Tecnológico de Santo Domingo INTEC, COPE y en la Biblioteca Infantil y Juvenil República Dominicana, por mencionar algunas.

 

En el haber bibliográfico de Verouschka Freixas encontramos los títulos Margarita y la nube (cuento), en colaboración con el escritor León David; Ana ama el chocolate (cuento); Lucas tienes mucha pero mucha suerte (novela) y Marci, ¡tienes un zoológico en tu casa! (Novela); además de varias producciones aún inéditas, pero en vía de publicación.

 

 

Ha participado como conferencista o expositora en diferentes espacios, tales como la Colectiva 2010, en la que compartió con unos 13 artistas ilustradores; en el IX Congreso internacional de Literatura Infantil y Juvenil PIALI en la Biblioteca República Dominicana con la conferencia “Sugerir más que contar”; en el Primer Congreso Internacional de Literatura Infantil y Juvenil, mediadores y libros y exposición de ilustradores dominicanos y en la Biblioteca Infantil y Juvenil de la República Dominicana con el tema “Importancia del álbum ilustrado”.

 

Verouschka Freixas ha sido merecedora de importantes premios y reconocimientos, entre los que podemos destacar haber obtenido el segundo lugar del Primer Concurso de Pintura Joven organizado por Casa de Teatro en el 1994; en el 1995 recibió mención de honor en el 3er. Premio “María Ugarte” de pintura, del Centro Cultural de España y en el 1996 ocupó tel segundo lugar en el Young Artist Award del Instituto Real de Pintores a la Acuarela, en Londres, Inglaterra, Malls Galleries.

 

La escritora Leibi Ng no vacila al recomendar la lectura del cuento infantil Ana ama el chocolate de Verouschka Freixas (de la colección Loqueleo de la Editorial Santillana) y aclara que, aunque es para mayores de 6 años, se sabe que depende de las personalidades de los niños, porque ahora mismo “los chicos de 4 dan la hora de tanto que saben”. Este libro no sólo usa las palabras precisas para mostrar la absoluta adoración de Ana por un alimento de múltiples presentaciones en el mercado, sino que, a través de las ilustraciones de la propia autora, comunican un conjunto de verdadera belleza para contribuir con la educación estética de los niños. Esta obra es una herramienta no sólo de lectura divertida, también es un atinado ejemplo de autoaprendizaje para los infantes que se reflejen por empatía en la historia. Verouschka Freixas es una de las privilegiadas del arte, capaz de poner imágenes ilustradas a sus propias historias inventadas.

 

La periodista Virginia Goris asegura que Verouschka Freixas es una polifacética artista que aborda una fantasiosa visión de lo vegetal animal, imágenes de viajes imaginarios, logrando una magia que nos transporta a los sueños infantiles.

 

Laura Parra considera que Verouschka Freixas desmenuza sus sueños entre ojos de hadas y vivencias…planta su femineidad con lo que ella llama una esencia muy de mujer que viene dado a su entender por el milagro de la concepción, que le da delineados y sutilezas rápidamente perceptibles al ojo del espectador. Ella define su arte mediante sus constantes investigaciones de lo eminentemente primitivo, se mueve entre las riquezas y las costumbres africanas y desenmaraña leyendas celtas para extraer de ellas, los miles de elementos que superpone en sensual armonía en sus acrílicos de cómodo formato

 

Finalmente, el prestigioso poeta y músico dominicano Manuel Rueda, de manera jocosa refiriéndose al esposo de Verouschka Freixas, Vladimir Velázquez, que es también artista plástico, expresó que: “Ahora su esposa, compañera de trabajos y de exposiciones, lo acompaña con sus alegorías de la infancia: árboles encantados con pájaros mecánicos, frutos del bien y del mal, lagunas misteriosas y peces que vuelan como doncellas amortajadas en rayos lunares, etc. Pasamos de un terror a otro. Se trata de un viaje a través de la existencia, desde el viaje ceremonial de la tortuga hasta los carapachos invertidos como canoas en los cuales el hombre debe terminar su jornada misteriosa. Los símbolos y las alegorías se multiplican, se desmesuran aludiendo a procesos equívocos y otros quizás inexistentes. Son imágenes novelescas que podrían provenir de un libro de Michael Ende o quizás de una influencia disneyana.”

 

Concluyo esta entrega de TRAYECTORIAS LITERARIAS DOMINICANAS con un fragmento de un cuento infantil del libro Marci tienes un zoológico en tu casa de Verouschka Freixas:

 

El gallo, el gato y el rottweiler

 

Lolo, despreocupado, se posó tranquilo sobre la pared cubierta de

ladrillos y tupida hiedra que dividía su casa de la del señor Rufino, un nuevo vecino, que tenía una super moto y un perro, un mastodonte de pura raza rottweiler, apodado Roco. En aquel momento Roco dormía la siesta.

 

Encima del mismo muro y a pocos metros, un gato tuerto y despeinado, al

que nunca habían visto por el vecindario, se lamía las patas y mecía la

despeluzada cola bajo un guayabal; el minino de ojo amarillo y aspecto

descuidado al notar la presencia del gallo, dejó de acicalarse…

—“Meow – Meow” —maulló de mala gana y agazapado dedicó miradas

maléficas al gallo.

 

Sin percatarse del peligro Lolo siguió alisando cada pluma con el pico. Ya

más cerca, el malintencionado felino encorvó el lomo, encrespó los pelos y

sacando una a una las filosas garras: ¡ZAPATA!, le largó un zarpazo tan fuerte que el desprevenido Lolo cayó rodando al territorio de Roco…

 

Por Ramón Saba

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