Organismos internacionales han hecho análisis en base a estadísticas que presentan a la República Dominicana como uno de los países más violentos del área. Nos colocan en segundo lugar, detrás de Venezuela, en esas áreas de violencia generada por delitos comunes.
A simple vista puede parecer una exageración, o una percepción no totalmente apegada a la verdad. Sin dudas la violencia aumentó en los últimos años y ello siembra el temor en la mayoría de los dominicanos. Hoy se teme hasta a la sombra de uno.
Solo hay que caminar las calles y ver el temor reflejado en los rostros de los peatones cuando le pasa cerca un motorista, o a su lado transita un desconocido, o de frente viene una persona con un perfil que le parece sospechoso. Estamos en los linderos de que el miedo domina sobre la razón.
Hay también el ingrediente de que la crónica roja es hoy obligatoria en primera página. Un conocido director de periódico español dijo en una charla que para lograr sintonizar con el lector de hoy se necesita que la portada tenga sangre, sudor y sexo. En otras palabras, la tapa inicial exitosa de hoy tiene que exhibir un hecho de violencia, una actividad deportiva profesional y sexo que equivale a fotos provocativas y de semi-desnudo.
En el país hasta hace unos años la crónica roja era una columna del interior del periódico donde se registraban todos los muerto ocurridas en las pasadas 24 horas. No se presentaban fotos grotescas y hechos de sangre ocupaban pocas veces la primera página, salvo casos de persecución política. El Informador Policíaco de Rodriguito y el Suceso de Hoy fue lo más cercano a poner los hechos de sangre en primer plano.
No somos uno de los países donde hay mayor dosis de violencia, pero el crimen callejero nos va arropando y necesitamos urgentes medidas de persecución y de prevención. Podemos vencer al crimen y lo vamos a derrotar, pero la lucha es ardua y difícil. ¡Ay!, se me acabó la tinta.