EL NUEVO DIARIO, TIFLIS.- Unos 150 habitantes de la localidad georgiana de Gori, lugar de nacimiento del líder soviético Iósif Stalin (1878-1953), participaron hoy en un mitin para conmemorar el 139 aniversario del «georgiano más famosos de la historia».
«Stalin ha cometido muchos errores, pero es el georgiano más célebre de la historia y no lo podemos olvidar», dijo a EFE Tamaz Dzhaposhvili, jefe de una fundación que se dedica a preservar la memoria de Stalin en Gori.
Dzhaposhvili explicó que la principal exigencia de los manifestantes, la mayoría de edad avanzada y que llegaron al acto conmemorativo con banderas de la URSS y retratos de Stalin, es la devolución a la ciudad de una estatua del dictador soviético, desmontada en 2010.
«Hemos calculado que anualmente perdemos unos dos millones de lari (cerca de 800.000 dólares) que podrían traer los turistas interesados en ver la mayor estatua de Stalin en todo el territorio que antes formó la URSS», dijo.
Hasta ahora cerca de 20.000 habitantes de la localidad, es decir, alrededor de un tercio de su población, han secundado con su firma la iniciativa sobre la restitución de la estatua de Stalin.
Sin embargo, el Gobierno georgiano rechaza dar su consentimiento a la devolución del monumento a Gori, amparándose en el Acta de la Libertad, adoptada en 2011, que prohíbe la simbología soviética.
La exposición en lugares públicos de símbolos comunistas se castiga ahora en la patria de Stalin con 1.000 lari (unos 400 dólares).
Los estalinistas georgianos confían, no obstante, que el Ministerio de Cultura catalogue el monumento como pieza de museo, el único resquicio legal que permitiría su recuperación.
Según la directora de Casa-Museo de Stalin en Gori, Lia Okroperidze, en el último año ha aumentado el interés de los ciudadanos por la vida de Stalin en su patria chica.
«Este año hemos tenido 150.000 visitantes, frente a los 120.000 en 2017», dijo.
Iósif Dzhugashvili, de apodo revolucionario Stalin, nació en Gori en 1878 y vivió en esa ciudad hasta la edad de 16 años.
Entre las piezas expuestas en el museo de Gori destacan la famosa pipa del dictador, sus botas, capote, platos y teléfono.
