Así como ningún gobierno podría construir un país de un tiro, tampoco ningún otro puede arreglar los problemas acumulados por décadas de la misma manera.
Para ambas cosas se requiere de una clara planificación. Incluso, aún más para lo segundo, pues arreglar lo que está mal puede ser más complicado.
Hay demasiados riesgos visibles y otros potenciales. Los primeros pueden ser previsibles; los segundos no los son.
Debemos ir por partes. Arreglando las cosas que resultan en ocasiones más simples, pero con resultados halagadores. Vayamos quitando obstáculos y dando soluciones.
El ingeniero Osiris de León ha sugerido, por ejemplo, conectar algunos desagües al túnel de la avenida Núñez de Cáceres. ¡Comencemos!