Hoy yo quiero conversar con ustedes acerca del extraordinario desarrollo que ha tenido nuestro país y quiero que se unan a mis pensamientos para que, en la medida que yo les vaya expresando mis ideas, cada uno se remonte a lo sucedido en sus casos particulares.
Pensemos primero en nuestros pueblos.
Como los he acostumbrado, les hablaré de mi amado terruño, El Valle, hoy municipio de la Prov. Hato Mayor.
La idea es que usted piense en cómo se ha desarrollado su pueblo y poco a poco nos vayamos acercando a la realidad que hoy vivimos a nivel nacional y nos demos cuenta de lo mucho que ha cambiado nuestro país, sobre todo, en los últimos 20 años.
Comencemos.
Cuando yo vivía en El Valle recuerdo cosas muy específicas que podrían ser iguales o muy parecidas a las que usted vivía en su pueblo.
Por ejemplo.
En El Valle que yo disfruté, no había energía eléctrica permanente. Teníamos una planta que le daba luz al pueblo la cual encendían al medio día para que la gente escuchara el programa radial “EL SUCESO DE HOY” y por la noche de 6 a 10pm.
Si mal no recuerdo, la única televisión que había era la que Papá Manolo tenía en mi casa, la cual prendía en el depósito del cacao, para que la gente del pueblo fuera a ver “La Semana Aniversaria de Radio Televisión Dominicana”, único canal que, si mal no recuerdo, existía y/o, que se podía ver allá. Esa televisión era como una especie de cine para la colectividad.
Había un solo teléfono en todo el pueblo, el cual se encontraba en la oficina del correo.
Los anuncios a la colectividad se hacían mediante una bocina instalada en lo alto de un tubo de hierro o cuando se decían a través de Radio Guarachita.
Recuerdan esa emisora y su antena polidireccional?
No había acueducto. El agua que usábamos era la lluvia que caía del cielo o la que buscábamos en los manantiales y ríos de los alrededores.
Excepto por la calle principal, que en realidad era la carretera que nos unía al resto del país, todas las demás calles eran de tierra.
No habían cloacas, pues no se conocía el inodoro, ya que todo el mundo lo que tenía era una letrina en el patio de la casa.
A los campos circundantes solo se llegaba a pies, en el lomo de un caballo o burro, pues se caminaba por estrechos senderos.
La inmensa mayoría de las casas eran de madera, muchísimas con techo de yaguas y unas pocas techadas de zinc.
La única escuela que había, la Benito González, en la cual yo estudié, era una casa grande de madera donde todos los cursos estaban unos al lado del otro, solo separados por un pasillo entre los pupitres.
Para hacer el bachillerato, yo tenía que viajar todos los días a Sabana de la Mar, recorriendo los 12 kilómetros de un pueblo a otro, a pies, en bicicleta, a caballo, en bola o como Dios me ayudara. Esto debido a que en El Valle, no había liceo.
No teníamos ni siquiera una policlínica y, mucho menos, un hospital.
Cuando alguien se enfermaba, sufría algún accidente o una herida que mereciera ser atendido por un médico, había que ir al hospital de Sabana de la Mar y, desde los campos, la ambulancia, era una litera, la cual consistía en una sábana que se ponía alrededor de dos palos que eran colocados en los hombros de 4 personas para transportar al enfermo.
Las únicas fuentes de trabajo o de subsistencia eran la agricultura o la crianza de animales como gallinas, vacas y puercos.
Que hermosos tiempos aquellos, verdad?.
Ustedes también los recuerdan?.
A cuantos les toco vivir esa maravillosa época.
Waooo, cómo han cambiado las cosas, verdad que si?.
Si revisamos nuestras comunidades de hoy en día, las cosas son muy diferentes.
Ahora síganme la idea y piensen en el proceso de desarrollo que hemos vivido hasta llegar a la actualidad.
Piensen con la nostalgia del pasado en cómo sus pueblos poco a poco se han ido transformando en lo que son en el presente y pregúntese si ustedes se han dado cuenta del desarrollo de los mismos.
Siguiendo con mi ejemplo sobre El Valle, les puedo decir que:
Hoy, en El Valle, tenemos energía eléctrica ininterrumpida 24 horas al día. A veces, cuando hay averías en el área, hay apagones programados.
El 90% de los hogares tiene uno o varios televisores en los que pueden ver más de 100 canales diferentes
Casi todas las casas tienen teléfono y niños y adultos son poseedores de los más adelantados celulares del momento
Las calles están asfaltadas prácticamente en su totalidad
Tenemos un acueducto que lleva agua potable a los hogares
Hay varias escuelas donde pueden asistir todos los niños en edad escolar, algunas ya donde se les aplica la tanda extendida por lo que reciben el desayuno, el almuerzo y la merienda que eso significa.
Tenemos un liceo. Ya los jóvenes valleros no tienen que arriesgar sus vidas en la carretera, como lo hice yo para estudiar el bachillerato.
El transporte que antes era en el lomo de un animal, hoy es en buenos vehículos, algunos de ellos lujosos.
Desde el Municipio, que hoy es El Valle, se puede llegar por caminos vecinales transitables en vehículos a sus distritos municipales, secciones y parajes.
La colectividad tiene diferentes fuentes de empleos
En El Valle hay numerosas casas de concreto, las que antes tenían techos de yagua, hoy los tienen de zinc y, solo algunas de las periferias y de los más pobres tienen techos de yaguas.
Verdad que El Valle ha progresado extraordinariamente?
Usted me ha dado seguimiento y ha ido pensando en lo mucho que se ha desarrollado su pueblo y el resto del país?.
A los capitaleños, les invito a pensar en la Capital de antes y la de ahora.
Dios mío, cuanto ha cambiado esta ciudad.
Antes, la capital era una ciudad romántica de menos de 800 mil habitantes, hoy, somos tantos que tuvimos que dividir la ciudad en 5, le llamamos El Gran Santo Domingo, y casi 4 millones de personas vivimos en esta metrópolis circundada por grandes avenidas, llena de túneles, elevados y hasta con un metro.
Lo que ha pasado en El Valle y en la Capital, es lo mismo que ha sucedido en el resto de la República Dominicana.
La pregunta es: Usted se ha dado cuenta del desarrollo del país?