Santo Domingo 23 / 31 Soleado
ENVÍA TUS DENUNCIAS 829-917-7231 / 809-866-3480
19 de abril 2024
logo
OpiniónAlfredo de la CruzAlfredo de la Cruz

Uso eficiente del agua, una necesidad crucial

COMPARTIR:

Desde finales del siglo pasado voces diversas han alertado de que futuros conflictos de la humanidad podrían ser ocasionados por el control del agua. En el presente esa posibilidad pareciera estar cercana, ya que con el aumento de la población mundial la conciencia sobre la contaminación y las consecuencias del cambio climático es mayor. De ahí que la cantidad y calidad del agua está generando tensiones cada vez más frecuentes.

Se presenta entonces la necesidad de que los gobiernos actúen con eficiencia y mucha creatividad para descomprimir dichas presiones facilitando un mayor acceso al agua potable. En sentido contrario, podrían aumentar los conflictos sociales ante fenómenos que van desde dilatadas sequías como la que entre los años 2010 y 2015 afectó la región central de Chile, hasta la contaminación por aguas residuales del lago Atitlán en Sololá Guatemala, o el deshielo prematuro de los hielos del macizo Illimani en Bolivia.

Sin embargo, la contaminación del agua es ahora más preocupante que su escasez, de hecho, en el informe “Progreso sobre el agua potable y saneamiento” publicado en el año 2012 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) se advierte que el progreso en materia de acceso a agua potable se ve amenazado por los graves problemas de saneamiento ambiental y condiciones sanitarias. Señalando a la materia fecal humana como uno de los mayores contaminantes del agua y de las principales amenazas a la salud pública que causa la muerte a miles de niños cada año, ya que un alto porcentaje de la población rural de América Latina y el Caribe defeca al aire libre.

Las comunidades campesinas y rurales son las más castigadas por la escasez del agua. Sin embargo, hay algunas zonas urbanas donde la escasez es más notoria por la alta concentración de población y las vulnerabilidades que se presentan en las grandes ciudades, lo cual obliga a los gobiernos a atenuar las consecuencias de la escasez de agua en las ciudades sin desproteger las zonas rurales.

Lo que en un momento se utilizó como una solución a situaciones de salubridad hoy es un gran problema, y es que las letrinas o fosas sépticas para defecar, han agravado el complejo problema de las aguas residuales que también han aumentado en las sobrepobladas urbes. A pesar de una mayor inversión en el tratamiento de estas aguas, la contaminación no se ha contenido pues los ríos están siendo utilizados como basureros. En ése sentido la inversión para el tratamiento de aguas residuales es muy poca porque se considera que no reditúa en términos electorales.

Sin dudas que la escasez de agua, su mal uso y la falta de saneamiento requieren soluciones eficientes y creativas, entre las cuales no deberían faltar el reciclaje de las aguas residuales, límites para el riego, aparatos sanitarios más eficientes y el cobro de tarifas diferenciadas para los grandes consumidores, en la búsqueda de prevenir conflictos sociales futuros. Teniendo presente que el agua dulce y apta para el consumo humano es un recurso limitado, pero su demanda y los desafíos asociados aumentan en conjunto.

SITUACIÓN DEL GRAN SANTO DOMINGO

Las pocas lluvias en las cuencas de los ríos que alimentan los principales sistemas de acueductos para el suministro del preciado líquido al Gran Santo Domingo han levantado el déficit en la producción de agua, en razón de que estos acueductos están operando en niveles mínimos en sus obras de toma. A pesar de las lluvias caídas en la cuenca de Haina- Manoguayabo estas aguas se han escurrido, lo que ha causado que  los caudales de los ríos hayan retornado a los bajos niveles observado anteriormente.

La Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) ha dispuesto más de 100 camiones cisterna para abastecer de agua potable de manera gratuita a los residentes, buscando mitigar la escasez observada. Empero, los grandes consumidores del preciado líquido, formales como los lavaderos de autos «car wash» e informales como los lavadores improvisados en las aceras, continúan sus operaciones sin ningún inconveniente.

La CAASD ha estado recomendando mediante notificaciones por la vía de alguaciles a personas e instituciones para que eviten desperdiciar el agua. Sin embargo, estas recomendaciones han sido desoídas por muchos y continúa el dispendio acostumbrado, agravado ahora por la carencia.

HACIA UN USO EFICIENTE DEL AGUA

Es necesario tomar en consideración que el uso eficiente del agua es una necesidad crucial para garantizar su sostenibilidad, pues es un recurso finito, esencial para la vida, y el desarrollo, así como el medioambiente. En ese sentido se hace imprescindible que su gestión se base en un enfoque participativo que involucre a usuarios, planificadores y los tomadores de decisión en todos los niveles.

Programas de uso eficiente del agua, así como participación de los usuarios en el territorio nacional son escasos pues no se evidencia conciencia del problema real que conlleva la falta de agua y del potencial que esto puede manifestar para un mejor uso. De ahí que se hace necesario su creación, implementación e interrelacionar adecuadamente programas de uso eficiente para las industrias, los municipios y las cuencas hídricas para realmente optimizar el aprovechamiento del recurso. Solo de esta manera podrán orientarse todos los subprogramas de uso eficiente de estas áreas en una sola dirección.

Es indispensable establecer acciones de comunicación y educación. Los medios para hacer del conocimiento de los usuarios los objetivos, metas y resultados de un programa general de eficiencia en el uso del agua serán variados, e incluirán desde avisos en los recibos de pago, a campañas publicitarias en prensa, radio y televisión, anuncios en la vía pública y sistema de transporte, hasta la distribución de dispositivos ahorradores. Este tipo de programas puede producir ahorros cercanos al 5% de la producción total de agua.

En lo que respecta a la educación formal, se hace necesario implementar programas de educación primaria y secundaria, atacar aspectos básicos como el ciclo hidrológico, de dónde nos llega el agua, cuánto cuesta y a dónde va la usada en las ciudades; enfatizando en las acciones que las personas, desde un niño o un joven hasta un adulto puedan llevar a cabo de forma inmediata como el uso adecuado del agua en jardines, inodoros, duchas o lavamanos.

 

Por Alfredo De la Cruz

Comenta

[wordads]