Vergüenza ajena es lo que produce el ver al grupo de la ¨trulla¨ opositora, los mismos que se han vestido de verde y se llenan la boca hablando de impunidad y corrupción, usar de vocero a probablemente el dirigente político mas cuestionado de la República Dominicana en los últimos 30 años.
Debe ser un gusto para el ¨gallero¨ Antún, verse rodeado de la sacrosanta Minou, el teórico Puig, el impoluto Pelegrín, la rubia que ya ni nos acordamos como se llama y el inefable ¨Chu¨, entre otros personajes de esa jauría de la oposición, para leer un documento donde se oponen al conocimiento de la una Ley de reforma electoral y la de partidos políticos por parte del congreso de la República.
Será que de repente se quedaron roncos de tanto gritar ¨impunidad¨ y ¨corrupción¨ en las ¨marchas verdes¨ de los últimos días, que tuvieron que echar mano a uno de los protagonistas de esas movilizaciones, solo que su asistencia se produjo por medio de un muñeco con su traje de rayas de presidiario y con un letrero con las siglas de un banco estatal que dirigía y desapareció.
Puede ser eso o quizás que lo que leyeron es un pedido de ruptura tal de lo institucional, que no resiste un análisis mínimo a la luz del estado de derecho y la potestad omnímoda del pueblo dominicano de otorgar el poder de su representación en los poderes públicos a quien considere, y esto se hace cada cuatro años en unas elecciones.
Exigir una participación en la discusión y aprobación de una ley al margen del congreso, es una aberración y un llamado a que se viole el concepto sobre el que se sostiene el sistema democrático liberal, donde la representación se obtiene a través del ejercicio pleno de los derechos de los ciudadanos con el poder de sus votos.
El articulo dos de nuestra Constitución dice textualmente lo siguiente: ¨La soberanía reside exclusivamente en el pueblo, de donde emanan todos los poderes, los cuales ejerce por medio de sus representantes o en forma directa, en los términos que establecen esta Constitución y las leyes¨.
Plantear públicamente una exigencia como la que leyó ¨el gallero tramposo¨ a nombre del grupo de partidos que se constituyó en una ¨trulla¨ después de las elecciones, donde se pide dejar la margen a los senadores y diputados electos por la voluntad popular, para someter a discusión un proyecto de ley de cualquier tipo, es una muestra del irrespeto que tienen de las instituciones, que como el congreso nacional, es una de las bases fundamentales de nuestra democracia.
Hay que recordar, que el tema electoral fue el primer objeto de discusión cuando, asumiendo la buena fe y preocupación de ese grupo, el gobierno aceptó discutir la ley de partidos en una reunión presidida por Monseñor Agripino Núñez Collado hace varios meses, donde no se llegó a ningún acuerdo, porque este manoseado tema fue sustituido por la exigencia de nombramientos de representantes en la nueva Junta Central Electoral que al final se nombró sin la participación de la ¨trulla¨ opositora.
Ahora, después de participar y apoyar públicamente las marchas que exigen el fin de la impunidad, se reúnen de nuevo ante la expectativa de que se apruebe en el congreso una Ley de partidos políticos, que está siendo consensuada entre la comisión del senado de la República que tiene el tema en agenda, y la Junta Central Electoral, es decir, los organismos institucionales que deben tratar, discutir y aprobar esta legislación que es parte importante de la agenda política de la nación.
Solo que muchos de los que vimos sentados en esa mesa, lo que quieren es hacerse un traje a la medida de sus deseos y ansiedades, sobretodo ante la posibilidad de que se modifique la forma en que se reparte los cuantiosos fondos que entrega la JCE disque para el funcionamiento de los partidos, que para la mayoría es dinero para sus bolsillos, ya que de todos es conocida la falta de fiscalización que tienen esos fondos.
No sabemos si todos los que se sentaron ayer en esa mesa tan variopinta, tienen noticias de los cuestionamientos que existen sobre el ¨gallero tramposo¨, ahora convertido en vocero de ese grupo de tontos útiles, sobre el pago de 14 millones de pesos mensuales a la Publicitaria Cumbre, propiedad de un familiar de quien habló por ellos, y predica moralidad y honradez, a pesar de no conocérsele actividad productiva alguna en sus largos años como dirigente político.
Situaciones como esta, son las que impiden suponer buena fe y deseos de consenso entre los integrantes de la ¨trulla¨ opositora, antes bien, lo que creemos es que quieren constituirse en un poder paralelo al legalmente constituido, que es el Congreso Nacional, y constituirse en un grupo de presión que garantice sus privilegios y mantenga fuera de la dirección de los partidos nuevos y tradicionales, a las nuevas generaciones que exigen ya una cuota de participación.
Hay que recordarles, que si el PLD tiene hoy una mayoría absoluta en las dos cámaras legislativas, es el resultado de la voluntad del pueblo dominicano que emitió sus votos a favor de esos legisladores, y que ni siquiera su propio partido puede despojarlos de su obligación de legislar de acuerdo a sus criterios, ya que al proponer sus nombres como legisladores, lo que hicieron es asumir la responsabilidad de representarnos al cien por ciento de los electores.
Muy extraña la actitud de la ¨trulla¨ opositora, sinuosa e incoherente, que cuando les conviene toman la calle en actitud levantisca y hasta subversiva y cuando no, entonces piden como mansas ovejas una participación en espacios de decisión reservados exclusivamente para los actores políticos escogidos de forma libre por el pueblo dominicano con sus votos en las urnas electorales.
A lo único que pueden aspirar, porque para eso son ¨trulla¨ y son oposición, es a que en las cámaras legislativas se les de la oportunidad de escuchar sus opiniones y que sean tomadas en cuenta si tienen algún sentido, pero nunca sacar el tema del lugar institucional donde corresponde, que es el Congreso Nacional, porque sería romper con el orden constitucional y poner en manos de perdedores sin representatividad decisiones exclusivas de funcionarios electos.
Sin embargo lo que mas llamó la atención, los pedidos de estos partidos forman parte de la cotidianidad, es el vocero que usaron en el día de ayer, ejemplo vivo de como la impunidad es transversal a toda la clase política nacional, ¿seguro que a ninguno le dio vergüenza? ¿O será que todos se han vuelto sinvergüenzas?.