La recién pasada elección del presidente del CARD, colegio de abogados de la República Dominicana debe llevar a todo dominicano consciente e interesado en un destino colectivo bueno, naturalmente, esto no incluye a los que emborrachados del poder y de las mieles que su usufructo les dan, a una interesante reflexión.
Quien ganó las elecciones del CARD, doctor o licenciado Miguel Surun Hernández, plagado de denuncias y calificaciones, que en el menor de los casos, describen su serpenteo político en los últimos tiempos, cobrados a su arribo al referido colegio en las anteriores elecciones.
Increíblemente para muchos, se dio un triunfo que no debió ocurrir, e inmediatamente comienzan a cazar brujas de uno y de otro lado, y en medio de todos, habrán aciertos y desaciertos al momento de calificar conductas o de evaluar eventos, y estos a su vez, llevan a los desfavorecidos de la elección, a desechar el principio elemental que consiste en “la crítica y autocritica”.
Eso es lo que deben asumir en la oposición y específicamente, en el partido más importante de oposición, el cual, no necesariamente debió jugarse la faja como lo hizo, un candidato no militante podía ser la clave, el asunto era que no gane el amarillo; debe estudiarse y reflexionar en cuanto a esta derrota, que primero, un error de una de las partes en pugna a lo interno PRM, como sector, apostó a la elección de uno de su parte, en el entendido de que su triunfo insidia en los propósitos mediatos de obtener la representación electoral; de ser así, se puede colegir que ahí se superpuso el criterio de lo particular, frente a lo general, hablamos a lo interno del PRM , repetimos. Aclaramos, estas son reflexiones y conclusiones personalísimas nuestras, son, parte de nuestra lectura a los acontecimientos que nos ocupan.
Las selecciones de escaños sociales, estrategias y acciones de partido deben ser encaminadas con menos criterio grupal, con el entendido de que lo que vales es promover acción conjunta y al final que sea el candidato que la providencia y la sabiduría popular escoja, uno u otro, al final conviene, si es el que puede ganar, porque de nada sirve obtener nominaciones sin el entusiasmo de los que internamente se les opusieron, repetimos esta palabra, al final de estas reflexiones, ¡Entusiasmooo!…