Santo Domingo 23 / 31 Soleado
ENVÍA TUS DENUNCIAS 829-917-7231 / 809-866-3480
19 de abril 2024
logo
OpiniónCarlos McCoyCarlos McCoy

Ucrania, peligrosa jugada al tiempo

COMPARTIR:

Leyendo entre líneas las noticias de las agencias occidentales, podemos darnos cuentas que Ucrania, como era de esperarse dada la superioridad militar de los rusos, está perdiendo la guerra. Los despachos noticiosos solo hablan de la patriótica resistencia del ejército y pueblos ucranianos, nunca de avances en el frente de batalla.

Los rusos, por el contrario, ha seguido avanzando en el sureste, en la llamada zona del Dombás y ha comenzado su asedio a la ciudad de Odesa, donde está situado el puerto más importante de Ucrania.

Este ventajoso escenario ha dado lugar a que Moscú le haya hecho su más reciente oferta a Kiev y cómo podemos ver en esa propuesta las condiciones de los antiguos soviéticos se han radicalizado.  Ya no solo piden que Ucrania se comprometa a no ser parte de la OTAN, sino que ahora añadieron a sus pedidos, su desmilitarización, aceptar que Crimea pertenece a Rusia y reconocer las independencias de las Repúblicas de Donetsk y de Luhansk.

El presidente Volodímir Zelenski parece jugar al tiempo y trata de extender esta conflagración hasta donde le sea posible. Puede estar pensando que el verano pudiera ser su gran aliado pues habría menos necesidad de utilizar el gas y el petróleo como combustible para la calefacción afectando las finanzas rusas y en consecuencia su financiamiento al conflicto bélico.

Pero en esto de bloquear el uso de derivados del petróleo ruso no hay consenso entre los países europeos, pues la mayoría utiliza el gas natural soviético. Hay algunos, como Finlandia, Estonia y Moldavia que el 100% de ese carburante les llega directamente de esa nación.

Jugar al tiempo puede tornarse en un bumerang para los ucranianos, pues la supremacía armamentista de los rusos eventualmente se impondrá, ya que la OTAN no está dispuesta a involucrarse directamente en el enfrentamiento armado y el llamado granero de Europa, sigue perdiendo terreno, al punto que pudiera convertirse en un país mediterráneo, ya que, si las fuerzas rusas se apoderan de la ciudad de Odesa, le cortarían su acceso al mar Negro. A esto se le añade otro conflicto y es el del pequeño territorio de Transnistria, entre la frontera de Ucrania y Moldova, que hace años se declaró independiente y cuya mayoría étnica es rusa.

El presidente Zelenski sigue pidiendo asistencia militar y desde Polonia, principalmente, se le ha estado proporcionando parte de esa ayuda enviándoles equipos bélicos de fabricación rusa, pero el ejercito ucraniano tiene problemas con los nuevos armamentos no rusos, para los cuales necesitan entrenamiento adicional lo cual toma un tiempo con el que ellos no cuentan.

Mientras tanto, los Estados Unidos de América siguen ayudando económicamente al régimen ucraniano, para que puedan seguir comprando armas y los rusos además de no parar en sus afanes de conquistar ucrania o en su defecto gran parte de su territorio, responden con la prueba de un misil intercontinental que no hace más que agravar la situación de un conflicto que podría tener serias consecuencias para la humanidad.

Es hora de detener el jueguito de niños de tú me das, yo te doy y entender que, esta es una situación que requiere de líderes mundiales que eleven sus criterios a los niveles de racionalidad que se suponen poseen, para haber llegado a esas delicadas posiciones de mando.

Evitemos llegar a un punto de no retorno. Esta es una situación donde nadie gana nada y, por el contrario, podríamos perderlo todo, ¡Hasta la vida! Como ya ha sucedido con miles de inocentes víctimas en ambos lados, por causa de un problema que nunca debió haber llegado tan lejos.

Por Carlos McCoy

Comenta

[wordads]