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24 de abril 2024
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OpiniónFrancisco Rafael GuzmánFrancisco Rafael Guzmán

UASD: Injusticia, juventud y mujer

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Pensamos, al escribir este artículo, en la situación mundial y en la situación de nosotros como país. Vivimos en mundo y en un país henchido de injusticias y de grandes desigualdades sociales, lo cual no puede durar mucho sin que colapse la existencia de la vida en el planeta y en nuestro país en particular. Ahora bien, en cada país fuerzas sociales impulsora del cambio tienen que eclosionar para salvar la vida en su propia nación y al mismo tiempo salvar la existencia de la vida en el planeta.

La eclosión de esas fuerzas que serían necesariamente fuerzas sociales Motrices, ya que el cambio social seria sistémico, implicaría la ruptura con el capitalismo salvaje neoliberal y barrería con el capital financiero privado, las AFP y las ARS privadas, los bancos privados se estatizados , pondría al gran capital y la promulgaría un nuevo código de trabajo que incluya la libertad sindical, igualdad de salarios para las mujeres respecto a los de los hombres y los ciudadanos de otras nacionalidades respecto a los criollos y el aumento de salario por inflación cada dos años, así como servicios de salud para todos los ciudadanos y derecho a pensión o jubilación de todo trabajador, porque no hay otra forma de vivir un clima de justicia y de preservar al planeta. La salud para todos implica cuidar al planeta, cuidar los ecosistemas, cuidar la salud de los humanos implica respetar los ecosistemas de la fauna salvaje y manejar con cuidados los ecosistemas de la fauna doméstica, para cuidar nuestra salud y cuidar la vida en el planeta. Un salario justo para todo trabajador y la asistencia a este en salud preventiva (atención primaria) y en salud curativa es cuidar la vida humana y la vida en el planeta. Pero, que tiene que ver la UASD con las injusticias, la juventud y las mujeres?

La pandemia, como ya he dicho en otros artículos, nos está dado señales muchas cosas que no hemos sabido interpretar correctamente. La pandemia de la COVID-19 nos está dando cuenta de estamos frente a una crisis sanitaria y una crisis ecológicas planetarias, lo cual al parecer  no ha sido entendido o no han sabido entenderlo todavía algunos sujetos sociales que están siendo golpeados por el capitalismo salvaje. Ahora bien, quienes son los sujetos a tomar participación como fuerzas sociales del cambio sistémico revolucionario, para salvar el planeta y con él la vida misma? En términos sectoriales los principales fuerzas motrices del cambio  estarían constituidas por las mujeres (sujetas sociales que son victimas de tantas injusticias) y los jóvenes de ambos sexos, porque los dos sujetos más dinámicos, pero sin exclusión de los adultos. En términos clasistas dentro de esas fuerzas estarían los trabajadores asalariados urbanos y rurales, las capas medias, los artesanos (pequeña burguesía propietaria), pequeños y medianos propietarios agrícolas y pecuarios y los chiriperos de las ciudades.

La UASD ha tenido un historial que le da un aval para tener protagonismos en momentos como estos, ya que ha sido formadora de grandes cohortes de recursos humanos, necesarios en la preservación de la vida, en armonía con la naturaleza y en el afán en la construcción de una sociedad humana donde la desigualdad social sea reducida a su mínima expresión. No es el caso de las universidades privadas no estatales, las cuales aunque quieran aparentar otra cosa, no tienen la mística de la universidad Estatal, porque son entidades con fines de lucro e incentivan el afán de lucro de los profesionales que se forman en ellas más que la universidad del Estado. Ahora bien, puede haber casos excepcionales y sobre todo en algunas coyunturas, estudiantes de universidades privadas o egresados de ellas pueden convertirse en sujetos del cambio revolucionario o sistémico.

Hoy día, hasta en la propia UASD se dan casos de estudiantes, más que antes, que han renunciado a la mística del desinterés por el marcado afán de lucro, pero en muchos estudiantes uasdianos la sensibilidad social con creces es muchísimo mayor que en las universidades privadas. Cuando la coyuntura es propicia se abren espacios para la participación estudiantil en movimientos sociales que pueden provocar el cambio sistémico. Colombia, en días recientes, es un ejemplo. Necesitamos enterrar al capitalismo salvaje y al neoliberalismo porque si no va a desaparecer la vida. Las mujeres y los jóvenes como sectores son la levadura del cambio junto a todos los sujetos sociales del mismo: proletarios, pequeños burgueses, capas medias y chiriperos.

No quiero terminar sin comentar que resulta muy coherente la propuesta de la Cinco Tesis del Movimiento Camañista para superar la Crisis Sanitaria, la cual aparece en un video de WhatsApp.  Se plantea un retorno a la autoridad de la comunidad científica, como comunidad autónoma independiente, liberada de los intereses clasistas de la clase dominante, cuyos cimientos la sostienen como clase privilegiada con la obtención de la plusvalía. Esa clase dominante ha convertido a la medicina en un gran negocio, especialmente con las barbaridades que comenten las grandes industrias farmacéuticas.

Por Francisco Rafael Guzmán F.

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