EL NUEVO DIARIO, LIMA.- Tres mujeres y dos niños muertos es el saldo esta semana de la violencia machista en Perú, flagelo que este año ha cobrado la vida de 136 mujeres y es considerado como una de las principales amenazas a los derechos humanos en el país.
La última víctima fue reportada hoy a las 07.00 hora local (12.00 GMT), cuando los vecinos del populoso distrito limeño de San Martín advirtieron el cadáver de una mujer, de unos 27 años, que según testigos fue arrojado a una calle por dos personas a bordo de un vehículo.
Sólo unas horas antes, se conoció el asesinato a balazos de la policía en retiro Julia Rayme Valenzuela, en el distrito capitalino de San Juan de Lurigancho, perpetrado supuestamente por su expareja y padre de sus tres hijos, el también policía en retiro César Ganoza Ríos.
Rayme, de 40 años, había decidido terminar la relación con Ganoza, de 49 años, debido a que él habría tocado indebidamente a la hija mayor de ambos.
A partir de entonces Ganoza comenzó a hostigarla para que retomaran la relación, e incluso la amenazó e intentó llevarse al menor de sus hijos, por lo que Rayme lo denunció por violencia familiar y el Poder Judicial dictó medidas de protección a su favor.
Entre ellas se ordenó el impedimento de acercamiento de Ganoza hasta por una distancia de 300 metros, salvo mandato judicial contrario.
Ganoza aparentemente se suicidó, pues la Policía Nacional encontró hoy un cadáver con sus características físicas a la orilla del río Rímac con un disparo en la sien.
El tercer feminicidio ocurrió el sábado pasado, cuando el venezolano Jimmy Manfredy García Castillo asesinó a su expareja y compatriota Helen Michell Hernández Zavaleta, de 20 años, y a sus dos hijos de 3 y 4 años, en su vivienda del distrito de Independencia, con un arma blanca.
García narró a la Policía Nacional que la noche del sábado le pidió matrimonio a su víctima y ella lo rechazó, motivo por el cual la atacó mortalmente e hizo lo mismo con los menores.
Estos asesinatos se conocen en una coyuntura donde la violencia machista y el accionar de la Justicia están en el ojo público, pues hace una semana la Justicia ordenó que se realice un nuevo y tercer juicio sobre el emblemático caso de violencia machista contra Arlette Contreras, que impulsó el movimiento Ni una menos en Perú.
Contreras denunció que no solo es una víctima de su brutal agresor, Adriano Pozo, quien en 2015 la arrastró del cabello y amenazó con violarla y asesinarla en un hotel de la ciudad sur andina de Ayacucho, sino que ahora también es víctima del sistema de Justicia «que no protege a las mujeres».
