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23 de abril 2024
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OpiniónVilma Yolanda BatistaVilma Yolanda Batista

Todos los que son

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Estos dias nos encuentran envueltos en el dime-direte propio del anuncio del Procurador General en el que presentaba formalmente el catálogo de acusados en el escandaloso caso Odebrecht.
A nivel técnico y comunicacional la Procuraduría se ha manejado con el mayor esmero para evidenciar su profesionalismo e intención que este caso en particular llegue a un juicio, donde como afirma su declaración, sean los jueces quienes hagan justicia.
Los dominicanos no confiamos mucho en los procesos aunque sean bien llevados porque hemos sido históricamente victimas del engaño vil, que data desde el intercambio de oro por espejitos y que en nuestro tiempo se recrudece con tanta corrupción descarada que nos arropa ante una colectividad que está copada ante el descaro y complicidad pública y privada.
Cada entidad deberá hacer su parte y como sociedad civil nos toca involucrarnos y ser celosos de que cumpla cada etapa del proceso para asegurarnos que estén todos los que son más allá de la sed de sangre que pide inclusive que se incluya a los que, a prueba de lo contrario, no estén.
De buenas intenciones.
El Movimiento Marcha Verde definitivamente llegó al momento donde debe ¨resetearse¨ para hacer un relanzamiento de forma y fondo en cómo seguirá siendo la plataforma emblemática para denunciar los males que nos preocupan y sabemos arropan a nuestro país.
Ni siguiera con la vorágine que ha azuzado las nuevas del caso Odebrecht, no han logrado articular un discurso céntrico y coherente con el tema al que llevar hasta las máximas consecuencias, esto sumado a las diferentes figuras que dan declaraciones divorciadas sobre lo mismo, diluyen su fuerza y a nivel mediático los reduce a emisores de denuncias sobre todo y nada.
Si se enfocara la atención y presión sobre un tema y finalmente presentaran una cabeza de equipo asumido líder, sin lugar a dudas lograrían reposicionarse en el sitial donde iniciaron, retomando el protagonismo de ser la plataforma por excelencia para canalizar el descontento general logrando nueva vez el apoyo multitudinario de ciudadanos y ciudadanas que marchaban hacia la meta común de apostar a un mejor país.
Caer en el limbo histórico no debería ser una opcion, ya que de buenas intenciones esta revestido el camino que conduce no necesariamente a la próxima marcha.
Por Vilma Batista

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