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25 de abril 2024
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OpiniónHumberto SalazarHumberto Salazar

Terremotos y ciclones: la propuesta dominicana en la ONU

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Dos increíbles coincidencias se dieron en el día de ayer 19 de septiembre, ambas relacionadas con fenómenos naturales que afectan a nuestro continente, uno de ellos se cierne ominoso sobre nuestro país en las próximas horas y el otro afectó a la megalópolis mas grande de toda América Latina.

En el Oceano Atlantico se han unido los nombres que han dado origen a la religión cristiana, María fue la mujer escogida por Dios para ser la madre de su encarnación en un cuerpo mortal, y José fue el esposo comprensivo que la acompañó en todo el proceso del nacimiento y crecimiento del hijo a quien llamaron Jesús.

Pues los huracanes José y María se formaron en el Atlantico, el primero hace mas de diez días está dando vueltas en medio de las aguas sin acercarse a tierra y el segundo se ha convertido en una tormenta poderosa y destructora que desde la noche de ayer azota la isla de Puerto Rico y es una real amenaza a la República Dominicana.

Por el lado Del Valle de la Ciudad de Mexico, donde viven 22 millones de personas y es el conglomerado humano mas populoso de América y uno de los mas grandes del mundo, fue afectado poco después del medio día por un terremoto de 7.1 grados en la escala Richter, cuyas consecuencias en términos de perdidas de vida y bienes todavía esta por evaluarse.

Solo que en el mismo día de ayer 19 de septiembre, se recordó el terremoto mas grande que ha afectado a esa urbe latinoamericana, cuando en 1985 se produjo un remezón de la tierra que causó la destrucción de numerosos edificios y mas de 10 mil muertos, convirtiéndose en uno de los movimientos telúricos con mayor mortalidad en la historia.

A las diez de la mañana de ayer, se organizó y realizó en esa ciudad, un simulacro de terremoto en el que participaron mas de 5 millones de personas, para recordar lo que había ocurrido hacia 32 años, en esa misma fecha, y ejercitar a la ciudadanía en como reaccionar en caso de que ocurriera un fenómeno natural de gran magnitud.

Decenas de ambulancias salieron a las calles, helicópteros sobrevolaron la capital de Mexico, los escolares fueron instruidos en como reaccionar de forma organizada, se simuló el derrumbe de un mercado y dos escuelas, hasta los equipos de rescate participaron en la búsqueda de personas que teóricamente pudieran estar atrapadas debajo de los escombros.

Solo 3 horas y 14 minutos después de terminar lo que era un ensayo, la tierra tembló de verdad en una magnitud que derribó edificios, atrapó personas, provocó incendios, echó a tierra torres de tendido eléctrico y telecomunicaciones, en fin todo el panorama de destrucción y muerte que deja un terremoto que, como en el caso del de ayer, es el mas fuerte que ha sentido esa ciudad desde que existen estadísticas sobre la intensidad de estos fenómenos.

Dos sucesos inconexos, tormentas y terremotos, nos recuerdan que somos parte de un ecosistema que tiene por hogar el planeta tierra y que por el aumento natural de la población, la longevidad alcanzada por los seres humanos en poco mas de un siglo, la agresión que le hemos hecho al medio ambiente, los cambios que estamos produciendo en esta casa grande, todos estamos en peligro de sufrir el impacto de un fenómeno natural que destruya gran parte de lo que hemos construido.

Para disminuir el impacto que estamos sufriendo los que vivimos en el trópico por la fortaleza y cantidad de tormentas, inundaciones y sequías que venimos sufriendo en los últimos años, es que suponemos existen organismos de las Naciones Unidas que se dedican al estudio de los fenómenos atmosféricos y demás desastres naturales, entre ellos los terremotos que periódicamente se suceden en diversas partes del mundo.

Pero nos llamaron mucho la atención, las palabras y los gestos del Presidente Danilo Medina, cuando al salir de una reunión en su corto viaje a la Asamblea General de las Naciones Unidas, habló de que no sabía porque había que hacer un recuento de los daños causados por las tormentas este año en el Caribe, que eso todos lo sabemos, que el problema es buscar una solución al tema.

Y lo grande es que esto es una verdad como un templo, sentarse a llorar o contar todo lo que causaron las lluvias en Guadalupe, Barbuda, Cuba o Puerto Rico, entre otras islas, es una perdida total de tiempo y esfuerzo si no se plantean soluciones de corto y largo plazo para un fenómeno que esta siendo causado principalmente por los países desarrollados.

Decía el Presidente Medina que estas tormentas están siendo causadas por el calentamiento global, por lo que en sus declaraciones se coloca al lado de los hombres y mujeres de ciencia que vienen advirtiendo desde hace varias décadas de que los seres humanos hemos agredido el planeta de una forma tan rápida y agresiva que estamos cambiando los ecosistemas que permiten la vida sobre la faz de la tierra.

El aumento de temperatura de los mares y los oceanos es el responsable de que las tormentas que padecemos sean mas violentas e intensas causando daños inimaginables hasta hace poco tiempo, un ejemplo es la isla de Barbuda azotada por el Huracán Irma, cuyos habitantes tuvieron que ser todos trasladados a otros lugares y en el día de hoy es un pedazo de tierra deshabitado, situación que no ocurría hace mas de 300 años.

La única forma de comenzar a detener esta bajada al desastre que hemos iniciado los seres humanos, es aplicando un acuerdo global de disminución de la producción de los Gases de Efecto Invernadero, que se logró discutir y aprobar dentro del marco de las Naciones Unidas, y que ahora fue abandonado por los Estados Unidos, el país que precisamente mas contamina de todo el mundo.

Entonces el tema del calentamiento global y el efecto que tendrá sobre los seres humanos, los acuerdos para disminuir la producción de CO2 y gas metano principalmente, son parte de las tareas que podrían iniciarse en nuestra generación pero que se trasladan a la creación de una conciencia de protección ecológica si es que queremos que este planeta siga siendo nuestro hogar como especie.

Ahora, lo que propuso nuestro presidente, hablando a nombre de uno de los países que serán afectados, no siempre tendremos la suerte de que los huracanes se desvíen de nuestras costas, es que las Naciones Unidas ejerzan su liderazgo como organización y ayuden a crear un fondo para ir en auxilio de los países que sufren el impacto de fenómenos naturales de gran magnitud, como forma de reparar de forma rápida los daños causados en su infraestructura.

En años consecutivos, la República Dominicana, un país pequeño pero solidario, ha tenido que ir en ayuda de Haití cuando fue afectado por el Huracán Mathew, que causó mas de 800 muertos en la vecina nación en el 2016 y este año ha enviado ayuda a las pequeñas islas del Caribe y hasta a Cuba afectadas por los embates de los vientos y las lluvias causadas por el Huracán Irma.

Lo que propuso Danilo, es que las Naciones Unidas sirvan para algo mas que para los discursos bonitos y bien elaborados, por asesores muy bien pagados, que van cada año a leer los jefes de gobierno en las asambleas de ese organismo, que al final pasan al olvido rápidamente porque la retórica abunda pero las soluciones son muy escasas.

Que frente a todo el desastre que nos van dejando por el Caribe todas estas tormentas, mas que un simple inventario de perdidas, que es lo que aparentemente se hizo, la propuesta dominicana es la creación de un fondo de solidaridad para la prevención y reconstrucción de los países caribeños afectados por los huracanes, es decir, que las cuentas se paguen solidariamente entre todos.

Por lo demás, lo mejor que hizo el Presidente Medina fue volver rápidamente al país a dirigir personalmente la acción del gobierno frente a la amenaza del Huracán María, después de todo lo que ocurra aquí es lo importante para nosotros y la presencia del presidente era imprescindible para que la coordinación no solo fuera efectiva sino proactiva.

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