Señales…Siempre las hay, a veces ni las leemos ni logramos descifrar.
El tema geopolítico juega su rol a través de las grandes potencias internacionales. Estados Unidos de Norteamérica y China se disputan el control en las diferentes geografías territoriales. Los proyectan como sus puntos claves para el desarrollo tecnológico y económico en donde aspiran llevar su hegemonía bajo el argumento de “cooperación”.
Una bonita y actualizada forma de colonizar en pleno siglo XXI.
Probablemente nadie recuerde la visita del almirante Craig Faller, jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, el pasado 20 de abril de este mismo año. Es la persona que tiene bajo su responsabilidad la cooperación en materia de seguridad del Departamento de Defensa para las diferentes naciones y territorios que componen la región de América Central y del Sur, así como el área del Caribe.
Sin dudas una visita importante en misión de igual orden.
Y coincide con la salida del presidente Luis Abinader a España, cuando nos representó en la XXVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno. Es la vicepresidenta en funciones de presidente, doña Raquel Peña, a quien le corresponde recibir al almirante Faller en Palacio. Igual hizo el ministro de Defensa, el teniente general Carlos Díaz Morfa, prácticamente su anfitrión.
Los medios reseñaron los motivos: participación en la Conferencia de Seguridad de las Naciones del Caribe y donar equipamiento hospitalario al COE.
Lo que mueve a perspicacia son los temas puntuales que el almirante Faller trató en sus diferentes apariciones mediáticas. Habló del problema fronterizo y Haití, se refirió a China, pero además cómo incide esta potencia en los asuntos internos en Venezuela.
Puso énfasis en los “crimenes trasnacionales”: tráfico ilícito (drogas, armas, trata de personas) y corrupción. Esto sería exitoso contando siempre con la ayuda local, el intercambio de información e inteligencia, dijo.
Creo que a Haití se le venía dando seguimiento muy de cerca. Una nación que se gobierne por decreto no puede mantener el orden democrático mínimamente deseado. Lo del magnicidio del presidente haitiano Jovenel Moïse es la cereza que corona el pastel de crisis institucional que arrastra a nuestros vecinos desde hace muchos años.
Lo de China es evidente, ahí están las vacunas. Han sido los paladines del bien hacer sanitario para pueblos de la región.
Una guerra clara y abierta por conservar y ganar espacios geográficos que redundan en el beneficio de esas potencias. Comercio e inversión, además de aliados estratégicos ante organismos de poder de decisión internacional.
Después del 20 de abril, los casos judiciales dominicanos han tenido otra connotación y lo de Haití toma otro giro. Podría no estar claro para nosotros como nación, por lo oculto de los intereses que dirigen los hilos de posibles soluciones.
Hubo una agenda que no conocimos pero que surtió un efecto post visita.
Ojos abiertos, dominicanos, no todas las “ayudas” nos ayudan. Y República Dominicana está ubicada en el mismo trayecto del sol, dijo el poeta.
Por Clemencia García Damirón
12 de julio de 2021