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24 de abril 2024
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OpiniónGregory Castellanos RuanoGregory Castellanos Ruano

Tan genocida como el Cartel de Medellín

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«…no se han ocupado más que del estudio de una literatura enferma, con la cual se han contagiado ellos mismos, dando por resultado una legión de decrépitos,…«

(Colson, Jayme: El General Babieca y Patricio Flaquenco, T. II, página No. 161)

Han habido genocidios «En nombre de Dios«.

Han habido y hay genocidios «En nombre de Alah«.

Han habido genocidios «En nombre del proletariado«.

Han habido y hay genocidios «En nombre del enriquecimiento ilícito« por parte de los carteles de las drogas.

Igualmente han habido y hay actualmente en Iberoamérica genocidios «En nombre de los derechos humanos« de los delincuentes.

El `Cartel Ideológico de Argentina`  es tan genocida como cualquier cartel colombiano exportador de drogas y dentro de estos es tan genocida como el tristemente célebre Cartel de Medellín que dirigió Pablo Escobar Gaviria.  Por ello el `Cartel Ideológico de Argentina`  es tan tristemente célebre como el Cartel de Medellín que dirigió Pablo Escobar Gaviria.

Toda droga destruye a una sociedad. En Iberoamérica la adicción  por una gran parte del sector de los abogados al cepepeísmo conduce a la destrucción de cualquier sociedad de esta parte del hemisferio americano. Cada uno de los países de Iberoamérica copió el Código Procesal Penal Tipo para Iberoamérica y desde esos respectivos momentos de entrar en vigor dichas respectivas copias la línea estadística de los robos en dichos respectivos países se disparó hacia proporciones antes inimaginables, pero paralelamente a esa línea de los robos se disparó igualmente, por su conexidad, la línea de la violencia y ello se expresó a través:  a) del disparo de la línea de la mortandad; b) del disparo de la línea de los lesionados permanentes; c) del disparo de la línea de los heridos; y d) del disparo de la línea de los contusos o golpeados.

El Cartel de Medellín exportaba esencialmente cocaína, un conocido alucinógeno que le hacía o le hace creer a sus adictos estar en la gloria. Lo mismo pasa con el `Cartel Ideológico de Argentina`: exporta un material ideológico que produce una alienación que, a su vez, genera un efecto alucinógeno que le hace creer a sus adictos estar en la gloria con las ficciones que crean otra realidad diferente a la verdadera realidad.

¿A cuántos mató el Cartel de Medellín? El Cartel de Medellín por el uso o consumo de la droga a que conducía produjo la destrucción de numerosísimas más vidas en forma indirecta que los muertos directos por sus acciones directas de confrontación e igualmente produjo más cretinos o idiotizados (= adictos) que el número de muertos que causó en ambas vertientes (= la directa y la indirecta).

El `Cartel Ideológico de Argentina` ha producido en Iberoamérica  más muertes indirectas que las que en dichas dos vertientes sumadas (la directa y la indirecta) causó el Cartel de Medellín en todas sus zonas de operación; e igualmente ha producido más cretinos o idiotizados procesales penales (= adictos) que el número de cretinos o idiotizados (= adictos) que produjo el Cartel de Medellín.

Y lo grande es que todos esos robos y todas esas muertes, lesiones permanentes, heridas y contusiones causados por implementarse la concepción ideológica del `Cartel Ideológico de Argentina` se han producido bajo el manto de la legalidad. Es decir, mientras el Cartel de Medellín producía sus efectos en clandestinidad, el `Cartel Ideológico de Argentina`, por el contrario, opera desde el litoral de la ley apropiándose de esta para poner en marcha el experimento jurídico en cuestión, cuyos efectos en los hechos de la vida diaria han demostrado que dicho experimento tiene un carácter claramente malthusiánico devastador, genocida.

 

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