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24 de abril 2024
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OpiniónCarlos McCoyCarlos McCoy

Tacto, dominicanos. Mucho tacto, pero mucha firmeza

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No hay ninguna duda de que la invasión de ilegales haitianos hacia la República Dominicana es algo meticulosamente planificado.

No es una coincidencia que diarios como El País de España y los lineamientos de Le Nouvelliste, el principal periódico de Haití, sean tan similares en este tema.

Ante la tolerancia del gobierno dominicano, que el mismo presidente Lic. Danilo Medina, frente a las críticas del Primer Ministro de San Vicente y las Granadinas, Dr. Ralph Gonsalves, en el marco de la CELAC en la Habana, Cuba, admitió que, en el caso de los haitianos, el gobierno no aplica las leyes. sino que mira para otro lado, estos han decidido incrementar las provocaciones.

Las autoridades haitianas, las ONG y las potencias extranjeras que están detrás de la invasión pacifica a la República Dominicana, momentáneamente bajaron la guardia al ver que, a raíz del terremoto en Puerto Príncipe en enero del 2010, no habían cesado las réplicas de la terrible sacudida, cuando ya habían llegado las primeras ayudas desde el gobierno dominicano.

El presidente Leonel Fernández, abrió de par en par las puertas de nuestra nación, para dejar pasar, no solamente los heridos que abarrotaron nuestros hospitales, sino también muchos de los que habían perdido hasta lo que no tenían.

Pero la tregua duró poco.  Tiempo después, las autoridades haitianas, les pusieron un bloqueo a 23 productos dominicanos y no permitieron  que esos bienes de consumo llegaran a su territorio.  Esa veda, todavía está vigente.

Para agregar provocación, los haitianos acaban de anunciar que si sorprenden un dominicano sin visa en su territorio lo van a multar y a encarcelar por seis meses.

Pero, al parecer los dominicanos somos masoquistas. En el 2016, el huracán Matthew destruye gran parte de un país que parece que está maldecido por el mismísimo demonio.

Nuevamente, la ayuda dominicana no se hace esperar.   Se enviaron a Haití personal y equipos pesados para reconstruir las carreteras dañadas.  También se despacharon hacia las áreas de desastres, decenas de Comedores Móviles con agua y comida caliente ya que la población no tenia donde cocer sus alimentos.

Camiones del ejército dominicano llevaron medicinas, materiales de construcción, estufas, cilindros de gas, frazadas, camas, tiendas de campañas, sanitarios móviles, para ayudar a un pueblo en total desesperación.

¿Cuál fue la reacción del gobierno haitiano? Darle 24 horas al gobierno dominicano para que retirara de su suelo a todos los militares dominicanos.

Esto lo hace un mal agradecido país que nos ha invadido militarmente en siete ocasiones.

La siguiente etapa es, la provocación con ataques físicos.  La escalada en nuestro país, de incidentes donde aparecen ciudadanos haitianos es evidente.

Acaban de asesinar uno de nuestros soldados de puesto en la frontera.  No lo veamos como un hecho fortuito.  Hace unas semanas estuvimos al punto de otra desgracia en esa misma zona.

Los dominicanos no podemos dejarnos provocar por los haitianos.  Eso es lo que ellos y la comunidad internacional anhelan.  Crear un grave conflicto entre los dos países para que la ONU y sus Cascos Azules o la OEA, con una Fuerza Interamericana de Paz de nuevo cuño, mancille nueva vez nuestro suelo.

Tenemos que llevar al gobierno a su propia legalidad. Con firmeza y constancia.  Ir a las construcciones, públicas o privadas y pararlas si hay un solo extranjero que no tenga permiso de trabajo o residencia legal.

Hacer los mismo en los resorts.  En las zonas francas, en las plantaciones agrícolas.

Poner nuestro granito de arena y no emplear como trabajadores domésticos a ningún ilegal.

Crear brigadas para vigilar a los traficantes de personas que distribuyen en nuestras esquinas cientos de mujeres con niños en los brazos a mendigar. Y otros miles a vender chucherías en las esquinas, interrumpiendo el tránsito vehicular.

El momento es sumamente peligroso.  Debemos tener una cabeza bien fría para no dar motivos a que se cometa otro disparate internacional en nuestra nación, que pueda provocar una tragedia de impredecibles consecuencias.

Que no tenga que volver a levantarse “El David del Caribe”

Por Carlos McCoy

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