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19 de abril 2024
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OpiniónEnrique Aquino AcostaEnrique Aquino Acosta

Sobre política e ideología de género

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Las iglesias católica y evangélica y otros sectores sociales se  oponen a la aplicación e implementación de la política de género en las escuelas. Alegan que promoverá la enseñanza de anti valores, la homosexualidad  y la destrucción  de la familia.

El ministro de Educación, Dr. Antonio Peña Mirabal, califica dichas declaraciones  de “falsas” y alega que trata de dar cumplimiento a lo que establecen la Constitución, la Ley 66 – 97 sobre educación, la Ley 1-12 sobre la Estrategia Nacional de Desarrollo y  el Pacto Educativo.

También critica que se haya dicho que él no tiene  facultad  para  firmar la Orden Departamental 33-2019 sobre política de género. Dijo, que quienes piensan así confunden una Orden Departamental  con una Ordenanza. Señaló que tiene facultad para  firmar y emitir cualquier Orden Departamental.

Sin embargo, no puede hacer lo mismo con una Ordenanza, cuyo órgano competente para conocerla, firmarla y emitirla es el Consejo Nacional de Educación, el cual está compuesto por el propio ministro de Educación, un representante de la iglesia católica, otro de las iglesias evangélicas, las universidades, los colegios privados y  otros órganos.

Por otro lado, el ministro de Educación ordenó  constituir una comisión técnica para que diseñe el marco metodológico de la política de género. Un equipo técnico, administrativo y  directivo del Ministerio de Educación deberá elaborarlo. También participan asesores especializados en el tema, la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), el Episcopado, la Mesa del diálogo con las iglesias evangélicas y las Sociedades de madres y padres, entre otros órganos.

Tan pronto se elabore el marco metodológico de la política de género, el  ministro de Educación convocará  al  Consejo Nacional de Educación para que lo discuta,  apruebe, firme  y emita  una Ordenanza para su aplicación e implementación en las escuelas públicas y privadas del país.

El  ministro de Educación dio seguridad de que la Orden Departamental 33-2019 sobre política de género establece la igualdad de deberes, derechos y oportunidades entre hombres y mujeres en la educación y el trabajo.

No obstante, al analizar la política de género, se debe prestar  atención a  sus objetivos generales y específicos, a los enfoques de contenido (ojalá los saquen  de la Biblia) a las actividades que se realizarán, a los recursos didácticos, a la metodología y al  impacto que producirá en los niños, niñas y adolescentes y  en otros segmentos de la sociedad.

También es importante diferenciar lo que significa la “política de género” de lo que significa “ideología de género”. No se deben confundir.

La “política de género” se aplicará e implementará para establecer la igualdad de derechos, deberes, obligaciones y evitar la violencia entre niños y niñas.

También promoverá la  igualdad de oportunidades entre hombres y  mujeres en la educación y el trabajo. En ese sentido, si ambos estudiaron una misma carrera en la universidad y tienen similares talentos, capacidades y  ejercen en iguales condiciones, deben recibir el mismo salario.

La política de género reducirá, además, las brechas que existen entre niños, niñas y adolescentes con  respecto a tecnología, ciencias y matemáticas.

Ahora bien, en lo que tiene que ver con  la  llamada “ideología de género”, lo más sensato es rechazarla. ¿Por qué? Porque es contraria a las normas que Dios establece para la familia y  las buenas costumbres (Génesis 1:27)

Voy a ilustrar lo que quiero decir con algunos casos que podrían darse. Supongan que la escuela enseñe  a nuestros niños, niñas y adolescentes, que el género de la persona se determina por su orientación o preferencia sexual y no por el sexo con que nació.  Si se hace eso,  se estaría enseñando y  promoviendo  un anti valor.

Otro caso sería  que un maestro o una maestra le diga  a un niño, niña  o a un adolescente, que él o ella es masculino o femenina,  dependiendo del papel que desempeñe en la relación sexual. En otras palabras, se le estaría diciendo que tiene libertad para hacer el papel de hombre siendo mujer o el de mujer siendo hombre. Se estaría  invitando a practicar los anti valores de la homosexualidad y el lesbianismo (Génesis 2:24)

También podría suceder que un maestro o  una maestra le diga a un niño, niña o  adolescente que puede utilizar el baño o  la vestimenta que corresponda a su orientación o preferencia sexual, sin que importe el sexo biológico con que nació. Esto iría en contra de las buenas costumbres (Génesis 1:27)

Ante la posibilidad de tales enseñanzas, los padres, madres, tutores, iglesias y el resto de la sociedad debemos estar alertas para rechazar esas y otras aberraciones.

Permitir que la escuela enseñe esos y otros anti valores facilitaría que nuestros  niños, niñas y adolescentes  acepten la homosexualidad  y  el lesbianismo como prácticas normales en las relaciones interpersonales.

Un modelo educativo con las características descritas resultaría contrario a las normas que Dios estableció para regir las relaciones familiares y  podría dar lugar a que vuelvan a ocurrir los acontecimientos que tuvieron lugar en  las ciudades de  Sodoma y Gomorra (Génesis19:24-25)

Por todo ello, invito a quienes promueven la llamada “ideología de género” en nuestro país y  en el exterior, a que lo hagan  por otro canal, pero no a través de escuela. Por favor, no inculquen sus anti valores a nuestros  incautos niños, niñas y adolescentes. Háganlo con las personas adultas, quienes tienen derecho a hacer con sus vidas lo que quieran, a pesar de que darán cuenta a Dios de lo bueno y lo malo que hayan hecho. Así, que apunten hacia otro lado, porque se equivocaron de país.

Por último, exhorto a  las familias, a las iglesias y  a los demás sectores sensibles de la sociedad a apoyar la política de género. Eso sí, observemos  con sumo cuidado sus propósitos, enfoques de contenido, metodología, recursos didácticos y el  impacto que producirá. También los invito a  rechazar, de manera unánime, la  mal llamada “ideología de género”, porque pretende   promover en las escuelas y  los hogares anti valores. Además, es contraria a los propósitos de Dios para la familia.

Por: Enrique Aquino Acosta

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