Santo Domingo 23 / 31 Soleado
ENVÍA TUS DENUNCIAS 829-917-7231 / 809-866-3480
20 de abril 2024
logo
OpiniónJosé Santana GuzmánJosé Santana Guzmán

Sobre las guías de lectura y sus funciones

COMPARTIR:

Por costumbre, en la práctica docente es muy común el uso de las llamadas guías apriorísticas. Algunos estudiosos del área, como es el caso del doctor García Molina, cuestionan ácidamente su aplicación o su uso en las aulas, por considerar, entre otras razones, que estas guías poseen más desventajas que ventajas –si es que poseen alguna- En tal sentido, Molina afirma que las guías de lectura responden a una visión apriorística, es decir, que de antemano el estudiante sabe lo que va a «analizar»… además de que, a su juicio, éstas no garantizan que se lea el texto.

Por consiguiente, sostengo de manera muy personal que no existe la posibilidad de que las guías de lectura aporten beneficio alguno a la comprensión de la lectura, y mucho menos a la construcción de conocimiento. Más adelante veremos la postura de otros expertos en el área acerca de estos métodos docentes.

En sus cátedras, el maestro García Molina al referirse a estos métodos de “enseñanza”, los cuales forman parte del proceso, y que constituyen procedimientos muy utilizados a todos los niveles de la educación dominicana. Bartolo califica a las guías de lectura de muy metódicas y considera, a su vez, que éstas no aportan mucho al proceso de enseñanza de los alumnos, ya que por su naturaleza poseen muchas desventajas.

Es por ello que el lingüista y humanista dominicano se formula la siguiente pregunta: Guías de lecturas ¿para qué? Advierte que ni a los niños ni a los adultos sin hábito de lector, se les puede dejar “a la libre” para elegir qué, cómo y cuándo leer. Sin embargo, establece que hay que librar a la lectura de las ataduras que la hacen pesada e inoportuna pero que eso no se logra – continúa- yendo al extremo de que cada quien lea como pueda. Señala que lo más sensato es que los docentes apliquen estrategias que despierten el interés por la lectura. Estrategias que hagan converger parte de los intereses, criterios, enfoques y preferencias de los docentes con los intereses y particular forma de abordar cada texto en particular por cada lector en particular. (García Molina: 2014, 141).

Asimismo, Bartolo asegura que el que las guías sean generales, implica que dejan de lado que cada texto sugiere claves de análisis a cada lector en cada circunstancia específica. Critica este tipo de instrumento de “enseñanza” advirtiendo que quien elabora o selecciona una guía determinada está haciendo una propuesta de lectura, o sea, su lectura, y que esa propuesta se convierte en la única válida con lo que traiciona el concepto mismo de lectura.

En ese mismo tenor, el catedrático universitario Andrés L. Mateo, citado por García Molina, asegura que la crítica es una función y que al final cualquiera que sea el método empleado para la descomposición analítica termina siendo también una propuesta de informe de lectura, pues en la escuela y en la universidad, las llamadas guías de lectura, indican cómo leer y qué escribir sobre lo leído. Añade además, que en ocasiones, las llamadas guías son más para preparar un informe de lectura que para sugerir un método de lectura, con lo que se convierten más en instrumentos de evaluación por parte de los docentes que en herramientas para la construcción del conocimiento. (García Molina: 2014, 142, 143 y 144).

Luego de estudiar las distintas posturas de estos dos expertos sobre el particular, propongo y considero de suma importancia la creación y aplicación por parte de los docentes, de tácticas que contribuyan a despertar en los alumnos y las alumnas el interés por la lectura.

 

Fuentes:

García Molina, Bartolo. 2014. EL DISCURSO: Categorías y estrategias. Primera edición. Editorial Surco. Santo Domingo.

 

Por José Santana-Guzmán

Comenta