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20 de abril 2024
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OpiniónJose Espinosa FelizJose Espinosa Feliz

Sismos en Haití y Puerto Rico: una mirada a las construcciones dominicana

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Dicen que nadie aprende en cabeza ajena. Si las experiencias no las podemos vivir, es necesario tomarlas de los demás, como en el caso que nos ocupa -aunque ya en el 2003, Puerto Plata nos avisó-. En el 2010, hubo un sismo en Haití de magnitud 7Mw en la escala de Richter, que derrumbó cientos de edificaciones, donde murieron más de 200 mil personas.

En este mes en Puerto Rico se produjo uno de 6.4, y cientos de réplicas lo acompañaron. Ambos países vecinos: uno que comparte la isla con la República Dominicana y otro que apenas lo dividen alrededor de 140 kilómetros lineales.

En Puerto Rico han fallados construcciones con similar configuración y estilo que las realizadas en República Dominicana, como las construidas con los llamados pisos suaves o débiles y columnas cortas: modelo común en muchas construcciones de todas índoles.

El comportamiento de las edificaciones ante un sismo depende de muchos factores:

a) Unos que son endógenos del sismo como:  magnitud (energía liberada), tipo de terreno en que se trasmiten las energías (de estas variables va a depender la velocidad de las ondas sísmicas, las amplitudes y con ello los esfuerzos transmitidos al terreno construido), a que distancia sucede el evento (epicentro), el foco o hipocentro (la profundidad a la que se produce).

Con relación al proyecto, podemos analizar varios aspectos importantes:

b) El diseño y la configuración estructural. -indica, que se le debe dar a la estructura una forma geométrica lo más regular posible, altura, pisos regulares, masa, distribución de los miembros estructurales, especialmente columnas y muros-. En este concepto se trata de ubicar el centro de masa y de rigidez lo más cerca posible para lograr menos distancia entre ellos, y así evitar importantes esfuerzos de torsión, es decir, tratar que el centro de cortante coincida lo más posible con el centro de gravedad.

En esta parte se deben tomar en cuenta los pisos suaves o débiles, que según las experiencias, son en algunos casos, los causantes del desplome de ciertos edificios. En este caso los estructuralistas deben proporcionar los muros correspondientes para soportar los esfuerzos cortantes que generan de manera adicional este tipo de estructura. “La respuesta dinámica de una edificación durante un sismo depende de la relación entre el periodo de vibración de las ondas sísmicas y su propio periodo de vibración.”

c) La calidad del terreno. Si es rocoso, o, por el contrario, terreno arcilloso, arenoso o con otras caracterizaciones con menos consistencia estructural; debido a que, de estas características depende la velocidad de desplazamiento de las ondas sísmicas, así como su frecuencia y amplitud. En terrenos rocosos: se producen altas frecuencias y amplitudes bajas, y en terrenos blandos, bajas frecuencias y alta amplitud. Es este último, las ondas son más destructivas, generando un mayor esfuerzo en el suelo, los cuales las edificaciones deben estar preparadas para absolverlo sin colapsar la misma.
d) Construcción. Los procesos constructivos son determinantes para soportar los sismos, debido a que deben acogerse de manera fiel a los diseños, tanto arquitectónico como estructural.

Aquí entra el cumplimiento de las normas de calidad, el cual depende, de manera especial, de cómo los elementos estructurales sean armados: respetando las profundidades y dimensiones de los miembros estructurales, separación y diámetros de varillas, distancia de los aros en vigas y columnas, calidad y tipo de hormigón; así como, evitar formar columnas cortas.
e) Supervisión. La supervisión es determinante para consumar lo establecido en los planos, y que se mantenga la calidad de la estructura; aunque muchos de los constructores les dan seguimiento muy cercano a los proyectos, otros se los dejan a los maestros, muchas veces, sin formación y conocimientos acabados de los mismos; por tanto, es necesario una supervisión externa que le de seguimiento de manera directa.

Debemos crear conciencia y absorber las inquietudes de los especialistas del área, como los Ingenieros: Osiris De León, Reyes Madera, Hilton Lee Atwood, entre otros, que muestran sus inquietudes sobre la calidad de las construcciones, y de una u otra manera llaman la atención para que se logre un mejor desempeño en los proyectos construidos y se mejoren los existentes.

Lo peor del caso, es que en vez de disminuir las obras ilegales e informales, aumentan cada día más. Datos obtenidos en la página de la ONE, nos muestran que en 1997 las licencias aprobadas fueron 1,842, bajando en el 2017 a 632, aunque, para el 2018 aumentó a 1,166 licencias, que, si lo comparamos con las construcciones que se realizan cada año, y el crecimiento de la economía en todo ese tiempo, podemos concluir de alarmante y preocupante; mucho más, en un país donde interactúan decenas de fallas y que han dado como resultados, sismos de magnitudes considerables.

Es urgente que las alcaldías y el Ministerio de Obras Públicas y comunicaciones apliquen las leyes para lograr regularizar estos tipos de obras, y que, conjuntamente con las instituciones que tienen que ver con el sector, asuman la responsabilidad para lograr construcciones mas seguras.

POR JOSÉ ESPINOSA FELIZ

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