EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- ¡Aaaa correeeer fanáticos…..! ¡Y ahí va entrando en la curvita de la Paraguay..! son frases, entre otras, que aún retumban en los predios del desaparecido Hipódromo Perla Antillana (hoy Plaza de la Salud) y en la mente y corazones de los innumerables hípicos que se deleitaron con la narración del considerado más grande narrador de carreras de caballos de la República Dominicana, y para muchos de la región del Caribe.
Aunque su inconfundible voz ya no se escucha en esas transmisiones ni su singular figura frecuenta las inmediaciones del parque de competencias, Simón Alfonso Pemberton sigue muy ligado al llamado “deporte de reyes”, a través de su programa “Actualidad Hípica”, que produce desde hace más de 50 años.
Con dejo de tristeza, en contraste con su característica alegría y contagiosa sonrisa, “El Mago”, como se le conoce en el mundo hípico, compara aquella época de mayor auge de la hípica, cuando las carreras de caballos competían en popularidad con los deportes más seguidos por los dominicanos, con la situación actual de esa actividad, que a su juicio, languidece debido a las desacertadas decisiones de las actuales autoridades del ramo.
Eso, sin embargo, no es óbice para que Pemberton sea entusiasta para emprender nuevos proyectos, como participar en la organización de un museo hípico o la redacción de un libro acerca de su experiencia durante más de cincuenta años ligado a la hípica.
Durante una visita a El Nuevo Diario, Pemberton, quien inició su narración deportiva a partir del año 1963, relata que en sus más de cinco décadas ligado a la hípica ha narrado más de 50 mil carreras de caballos, la mayoría en el desaparecido hipódromo Perla Antillana.
Rememoró que fue en febrero de 1963, cuando por primera vez se puso frente al micrófono de transmisión de las referidas carreras, con nervios y sin un guión a la mano. Dios lo inspiró a iniciar su narración con la célebre e inolvidable frase ¡A correeer fanáticos!, por la que ha sido reconocido durante toda su carrera.
Recuerda la primera vez que fue al hipódromo. “Jugaba pelota los sábados y domingos, pero ese sábado comenzó a llover y siguió el domingo, entonces me dice mi hermano… ¿para dónde vas?, yo le digo que no hay nada que hacer, que me voy para el cine”, dice Pemberton.
“Y es cuando me dice que vayamos al hipódromo”, a lo que respondió “¿Y a buscar qué? “No, yo no voy, ¿qué yo voy a hacer ahí?”.
Pero su hermano lo convence al ofrecerle un peso (para la época “mucho dinero”) y el pasaje de ida y vuelta.
El Mago añade que la suerte le sonrió ese día y las ganancias obtenidas en las apuestas y la atracción que le produjeron los caballos, sellaron su compromiso con la hípica, que a partir de ese momento se convirtió en “la carrera de su vida”.
Animado por su deseo de ganar dinero para hacerle una casa a su madre, que trabajaba en el hotel Jaragua, y como un preámbulo a su carrera de narrador, recordó su desempeño en el bingo de la “Feria de la paz y confraternidad del mundo libre”, que se inauguró en el año 1955, donde cantó los números de una manera tan peculiar que atrajo a visitantes y jugadores.
Para esas labores le sirvieron sus estudios de locución en la escuela Héctor J. Díaz, y la simpatía que despertó en el señor McKlein, uno de los ejecutivos de la empresa que tenía a su cargo la actividad. También citó como de mucha ayuda el apoyo que le brindó Hugo Hernández Llaverías, reconocido hombre de la radio, quien lo animó a desempeñar a iniciar las funciones que marcaron su vida.
Pese al cese de sus funciones como narrador oficial de las carreras de caballos en el país, en el año 1995, fue el primer exaltado como inmortal en la historia del hipismo dominicano, el 8 de septiembre del año 2007, en reconocimiento a una carrera durante la cual ha recibido constantes muestras de cariño y respeto de la fanaticada, con más de 100 reconocimientos, por lo que afirma sentirse “satisfecho” de su paso por la vida.
Con su peculiar y electrizante voz, Pemberton, nacido en La Romana pero traído a la capital a los dos años, ha puesto a vibrar no sólo a los dominicanos sino a legiones de fanáticos del hipismo de otras naciones de la región del Caribe, como Venezuela, Puerto Rico y Panamá, y aún sigue siendo escuchada por los amantes de las carreras de caballos a través de su programa radial.
Al rememorar algunos de los eventos que más le han impactado, cita aquel duelo histórico de “Pedrito y Don Elías”, fragmentos del cual recreó con voz emocionada y vibrante, que reafirmó la admiración de los presentes en la entrevista, encabezados por el director de este diario, Persio Maldonado; el jefe de redacción, Luis Brito; el cronista deportivo y veterano periodista, Enrique (Tuto) Mota, y otros periodistas y empleados de El Nuevo Diario.
Hípica de ayer y de hoy
Al comparar la hípica de los años 1960 en adelante con la actual, Simón destacó los esfuerzos a favor de la hípica por el señor Salomón Sanz, administrador de la empresa Eventos Deportivos, arrendataria del Hipódromo Perla Antillana, quien se desempeñó como administrador de ese parque de carreras antes de 1960.
Dijo que esos esfuerzos llevaron a la hípica a sus mejores momentos, impulsando las apuestas del pool a niveles insospechados.
Lamentó, sin embargo, que en la actualidad la situación es completamente diferente, con competencias poco concurridas, apuestas bajas y reducidas asistencias a los programas de carreras, debido al énfasis de las autoridades en las competencias de otros hipódromos y a otras medidas que él considera desacertadas como, por ejemplo, la imposibilidad para que los ejemplares nativos competan con los importados.
Recordó que el éxito de la hípica radicaba precisamente en que caballos como Pedrito, El Águila y Mazel Tov, entre otros competían y incluso superaban a importados. También citó la calidad de ejemplares como Felo Flores, El Licenciado, como él mismo lo bautizó.
También criticó que la Comisión Hípica Dominicana, organismo supervisor y regulador, tenga funciones administrativas.
Cuestiona que contrario a como sucedía antes, cuando el apostador escogía al caballo sustituto en una carrera, ahora es el ejemplar que cierra como favorito en la prueba.
Se refirió, además, al reducido número de caballos que compiten. “Usted busca el programa y los sábados compiten un total de 30 caballos y los catedráticos entienden que por los menos los sábados deben correr unos 50”, subraya.
“Creo que la hípica dominicana tendría futuro si aparece una compañía extranjera que haga inversiones para reconstruir y relanzarla”, opinó.
Su momento difícil
Preguntado sobre algún momento que sintió su vida tambalearse, el también padre de cinco hijos y abuelo de dos nietos manifestó que fue cuando se inauguró el hipódromo nuevo.
“Porque ellos decían que querían un hipódromo sin Salomón (Sanz) y su gente, entonces tiraron la bola de que a Simón no fue contratado porque pedía 100 mil pesos mensuales y el 15 % de los anuncios. Y eso era falso de toda falsedad”, resalta.
Un valor agregado al turismo
Señaló que las carreras de caballos son una excelente actividad que bien pudiera ser combinada con el turismo de este país caribeño.
En ese sentido, tiene pendiente una reunión con el ministro de Turismo, Francisco Javier García, durante la cual aprovechará para tratarle algunas ideas.
Museo sobre la hípica RD
El narrador estrella manifestó que no descarta la posibilidad de hacer un libro sobre la hípica dominicana, o que sus fotos, historia, narraciones y demás, sean parte de un museo.
Sobre la sugerencia de que el Hipódromo V Centenario lleve su nombre, indicó que esa iniciativa ha sido presentada por muchos fanáticos, pero que está en manos del Congreso.
Su segunda pasión
El célebre locutor también reveló que su segunda pasión siempre ha sido la música, ya que a su entender canta muy bien y toca algunos instrumentos musicales, como la guitarra.
¿Cómo quiere ser recordado?
Pese a los sin sabores, dijo sentirse satisfecho con su labor desempeñada en la hípica a lo largo de su vida.
“Si volviera a nacer me gustaría ser narrador de nuevo o si en el paraíso hay un hipódromo que me contraten (risas)”, aseguró.
Añade, entre carcajadas: “Me gustaría que me recordaran con una sonrisa, como soy”.
