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19 de abril 2024
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OpiniónManuel Berges HijoManuel Berges Hijo

Siete millones de euros

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¡Solo siendo dominicano, se siente lo que yo siento!

La prensa local, nos trae la noticia de que la Unión Europea próximamente destinará siete millones de Euros para un proyecto de documentación de haitianos en Haití y República Dominicana, lo que a su vez dará paso a la Segunda Encuesta Nacional de Migrantes aquí en el país, según expresó el Señor el Embajador Alberto Navarro durante una entrevista exclusiva  con Noticias SIN desde Bruselas, donde participa de la reunión de embajadores de la Unión Europea.

Cuando un dominicano lee o sabe de esta noticia, de inmediato advierte un engaño, porque los dominicanos ya no necesitamos documentación alguna, pues nuestros Gobiernos se han preocupado de tener identificados a cada uno de nosotros y a  los extranjeros que legalmente residen en nuestro amado país.

Los siete millones de euros, que invertirá la Union Europea, en realidad son para documentar haitianos como dominicanos en nuestro propio territorio y lo serán a favor de aquellos haitianos que “digan” que aquí nacieron;  o es que ya se olvidó el exclusivo viaje en el año 2016, del pasado Secretario General de la ONU a Panamá, el Señor Ban Ki Moon, quien le requirió al actual Presidente dominicano y este aceptó que  otorgara la nacionalidad a un millón de haitianos “apátridas”. Todo indica, que estamos en plena ejecución de ese proceso, en el cual se obtiene: primero la residencia y posteriormente la nacionalidad.

Los Señores de la Union Europea, más bien debieran invertir toda esa plata en documentar exclusivamente a los haitianos, en Haití, no a haitianos que ilegalmente residen en nuestra Republica Dominicana y que no son apátridas pues el Articulo 11 de la Constitución haitiana señala que son haitianos todo hijo de haitiano donde quiera que nazca, de manera que aun naciendo en RD, son haitianos, nunca dominicanos, a menos que su estatuto sea de un residente legal en cuyo caso, los hijos pueden optar por nuestra nacionalidad.

Las leyes y reglamentos de Migración exigen que cuando un extranjero desea residir en RD, el solicitante debe pedirlo desde su país de origen.

En cambio dado el fatal y absurdo entreguismo de nuestras autoridades, en violación de esas leyes están otorgando residencias a  haitianos que viven o han cruzado a esos fines de obtener residencia dominicana y así lo han hecho lamentablemente nuestras autoridades, han entregado Carnets de Residencia aproximadamente a 250 mil haitianos,  en  anómala ejecución del  Plan Nacional de Regularización y así  han procedido a sabiendas de  que esos extranjeros no completaron los requerimientos legales mínimos de dicho Plan.

Las autoridades dominicanas están sometidas a la presión sostenida y  así la  aceptan de que fuerzas  foráneas quieran deshacer o dar marcha atrás a  las decisiones de los poderes públicos dominicanos, en materia de nacionalidad, migración y frontera.

Estas débiles y antipatrióticas actuaciones de los actuales gobernantes, requieren que en un ejercicio de soberanía e independencia, consagrado en el Artículo 3 de la Constitución de la República  resistamos valientemente y con honor  a esas presiones internacionales   y rechacen toda pretensión de otorgar a esos ciudadanos haitianos  residencia temporal o permanente, solo porque expresen que aquí nacieron,  tanto porque legalmente resulta improcedente,  como por las graves  implicaciones que surgirían al facilitar la imposición de una minoría nacional que reduciría aún más la soberanía nacional y nuestra  identidad dominicana; que repatrien   los haitianos ilegales  de manera sostenida respetando los derechos humanos, que se adopte una posición  de rechazo firme a las pretensiones de los poderosos de la Tierra  y sus aliados locales de desconocer la histórica y patriótica sentencia  del Tribunal Constitucional 168-13, cómo quedó evidenciado recientemente con la infame e insólita decisión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de incluirnos en un  listado de violadores  de esos derechos;  que se reduzca  el elevado número de visas que otorgan sin criterio alguno,  los consulados dominicanos en Haití; que se aplique y respete el Código de Trabajo sobre  normas de nacionalización del trabajo en sus Artículos 135-145, relativos a que el 80% de los empleos son para los dominicanos y excepcionalmente el 20% para extranjeros si no existiesen dominicanos que los puedan desempeñar en especial, en la construcción de las obras públicas; construir el necesario muro fronterizo que permita establecer controles efectivos en la frontera; que sea  reformulada la desacertada política seguida frente a Haití y frente a la Comunidad internacional en relación a Haití,  con gran sentido patriótico y de unidad nacional, aprendiendo las lecciones de la historia para tratar de asegurar una convivencia racional  de las dos naciones de la isla de Santo Domingo basada en el respeto recíproco, la verdad y la justicia, manteniendo un clima de paz y estabilidad de la región del Caribe y el continente.

Imaginemos que revuelo internacional se armaría, si RD  decidiera regalar siete millones de euros a Inglaterra o a Holanda para que esos países a su vez otorguen documentos de identificación ingleses u holandeses,  a sirios o  iraquíes ilegales en una o ambas de esas naciones.

El poder de los poderosos  solo se resiste con autoridades recias, patriotas y que ejerzan  con valentía y coraje los sagrados principios de independencia,  soberanía, y autodeterminación, o ¿es que las nuestras se rinden,  para que les presten o donen sus euros y/o dólares?

¡Dominicano, hoy se necesita sangre tipo Duarte!

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