Todos quieren gobernar nuestra hermosa isla, pero a parte de las falsas promesas de campaña,
¿Quiénes muestran un verdadero programa de gobierno en el que incluyan los candidatos propuestos para cada cartera administrativa de los recursos del Estado Dominicano?
Nadie.
Con nombres y apellidos queremos conocer a sus pupilos señores candidatos, ya que si ellos estarán en su gobierno lo ideal es que el pueblo que votará por usted y ellos conozcamos los futuros administradores en carpeta.
Es lo justo pienso yo.
Queremos saber si un abogado será el Ministro de Educación y por qué.
Si un Agrónomo será el Ministro de Obras Públicas y por qué.
Y como esta es una caribeña isla llamada República Dominicana, nos gustaría saber si un humorista sería el Secretario Técnico de la Presidencia y como colofón me pregunto, si una joven persona de 50 años sería nuestro próximo Ministro de la Juventud.
¡ Sólo por curiosidad !
No importa a quiénes nos presente señor candidato, solo considero desde mi punto de vista que sería muy honesto, transparente y responsable al hacerlo. Considero además que las personas sugeridas por su parte, nos deben presentar por separado el programa que han diseñado para la gestión administrativa que pretenden ocupar en caso de ganar las elecciones, pues esa actitud nos motivaría a creer que harán un buen trabajo como parte de los administradores y gestores de nuestros recursos como país.
Señor candidato sea inteligente y piense que aunque todos estamos en un país tercermundista, algunos hemos tenido la oportunidad de salir un conocer como se vive con calidad de vida en los países desarrollados, siempre y cuando quienes gobiernan en la mayoría de los casos, lo hacen con un equipo competente y sus cuentas están claras.
Sabemos que hay de todo en la viña del señor, pero marque la diferencia entre los políticos serios y corruptos que están en los partidos de moda, para que cuente con mi voto y el de los demás que como yo, ya no andamos con tapa rabos y sabemos distinguir entre los espejitos y el oro.
¿ Qué opinas tú?
Por Arelis García López