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24 de abril 2024
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OpiniónVictor Elias AquinoVictor Elias Aquino

¿Seré yo, Señor?

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Esa  frase dicha por Jesús durante la última cena,  en alusión a traición por parte  de Judas;  (tesorero de la caja apostólica),  cobra vida cada día, en una sociedad que  cada vez es más violenta, y que se manifiesta en el tránsito, en las aceras, en los supermercados y en todas las actividades de la gente que han sido permeadas por la espiral de  delincuencia que asola al país.

No se trata de bla, bla, bla; es que a delincuencia es el problema con mayor incidencia en la población de la República Dominicana, siendo el 74.5 por ciento de los resultados,  conforme la encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples 2015 (Enhogar) , que mide la seguridad ciudadana en el país.

La situación es tan grave que, temas tan relevantes como el desempleo, la corrupción y el costo de la vida se quedaron relegados en los más bajos puestos dados por una muestra de la población, que oscilaba las 30,947 personas.

De acuerdo a los resultados de la encuesta 72 de cada 100 personas, es decir un 72.2 por ciento tuvieron presente el tema de la delincuencia, mientras que 28 de cada 100 no lo han tenido.

Pareciera que  no estamos seguros en el Supermercado, el colmado, el salón de belleza , las galerías de las casas,  los balcones, la calle y los autos, son dos de los sitios más peligrosos, y en los que parece estamos más expuestos.

Pero vamos a  uno de los  hechos. El 28 del mes de abril pasado el director del periódico vespertino El Nacional y su esposa, Bolívar Díaz Gómez  y Juana Pichardo de Díaz , fueron víctimas de un atraco  mientras se encontraban dentro de su vehículo en medio de un taponamiento en la calle Rosa Duarte, en Gascue, en la capital.

Todo ocurrió justo  a las  2:35 de la tarde mientras se dirigían al     Club Deportivo Naco. La narración que hizo fue que  mientras estaba en el tapón, entre las  calles Rodríguez Objío y Pedro Henríquez Ureña, se les acercó un hombre en una motocicleta por el lado derecho del vehículo.

Usaba casco protector, encañonó a su señora con una pistola y le exigió que le entregara su reloj.

“Mientras al parecer era escoltado por otra motocicleta, el hombre golpeó el cristal del lado donde viajaba mi esposa y la encañonó con una pistola. Acto seguido, la dama  se quitó el reloj, bajó el cristal unos centímetros y se lo entregó, pero él insistió dos veces que quería el reloj que yo llevaba puesto”, explicó el ejecutivo periodístico.

Bolívar Díaz  relata  que después del asaltante obtuvo el reloj de su esposa y manteniéndola encañonada, insistió en, dos ocasiones, que le pasara el suyo, a lo que respondió que fuera por mi lado para entregárselo, “pero no lo hizo”.

Díaz Gómez,  agregó que como el asalto lo cometió desde la motocicleta y por el congestionamiento del tráfico no podía desmontarse “ni hacer un giro a la izquierda para tomar mi reloj, optó por abandonar el lugar, seguido de la otra moto que al parecer le servía de protección”.

“Veinte minutos después volví a ver al mismo asaltante, en la avenida Máximo Gómez, entre la México y la 27 de Febrero, por lo que presumo que seguía detrás de nosotros. Doblé por la 27 de Febrero y cuando tomé la avenida Ortega y Gasset se adelantó por esta última vía y desapareció al pasar frente al destacamento de la Policía, en el Centro Olímpico”.

Como dice Mateo 26: 22, «¿Seré yo, Señor«?  La próxima víctima del listado de la  delincuencia. Las autoridades tienen la palabra.

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