En la dictadura el orden se establece con la coerción de la fuerza, el terror y el miedo. En la democracia con el respeto a la ley. Pero en ningún caso puede haber dudas sobre la necesidad del orden. Lo otro es el caos y en ninguno de los dos escenarios conduce a nada bueno, porque en esencia significa crisis y en algún momento colapso del sistema.
Sin embargo, la seguridad, tanto en la dictadura como en la democracia, tiene un carácter fundamentalmente preventivo. Se busca que las cosas no sucedan o al menos que ocurran lo menos posible. La prevención es un sistema para asegurar la seguridad cotidiana y, por tanto, no puede ser un diseño de coyuntura, aunque cabe hacerlo para reforzar ocasiones específicas.