No, si para lograr un sueño debes lacerarte, renunciar a tu dignidad o dejar de ser tú nada merece tal precio.
Se lucha por los sueños, se proponen metas y se buscan muchas cosas por el bienestar personal, ahora bien, los límites de la dignidad no deben negociarse nunca.
Hace un tiempo me propuse lograr una meta que me costó más que sacrificios materiales. Laceré mi dignidad, me humillé y perdí lo más importante en un ser humano “su paz interior”.
Hoy escribo sobre el tema, porque es tanto el vacío y la tristeza que dejan ciertas cosas en lo interno de una persona que es bueno compartir para ser un paradigma de alguien más, evitando cometer el mismo error.
El deseo descomunal no debería ser un norte, las metas deben ser racionales, no emocionales.
Ha pasado un tiempo de esa amarga experiencia y les puedo decir que no hay mayor satisfacción que buscarse metas alcanzables, cosas que no te laceren como persona y que no te generen ansias y desesperación.
Quizás esta premisa sirva para el inicio de año, muchos planifican sus metas al inicio, otros deciden vivir sin planes, unos cuantos se proponen lo imposible y también existe el grupo de personas que serán capaces de lo que sea para lograr un sueño.
Con todo lo que les cuento no quiero decir que sea necesario renunciar a todo lo que uno desea con ansias, lo que quiero dejar claro es que NO SE VALE TODO POR LOGRAR UN SUEÑO.
*La autora es periodista y fundadora de Emprendiendo el Vuelo.