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25 de abril 2024
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OpiniónLuis Columna SolanoLuis Columna Solano

Se impone la negociación en el PLD, si quieren mantener el Poder

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Al calor de los últimos acontecimientos, en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el ambiente está como la candela en el brasero, quemando por debajo. Las declaraciones del miembro del Comité Central, Melanio Paredes, sobre una posible salida del Partido oficial del ex presidente de la República y presidente de la organización, doctor Leonel Fernández, consideradas por muchos como impropias e inoportunas, han generado un aluvión de opiniones que condicionaron otras.

También el miembro del Comité Político y precandidato presidencial Amarante Baret, propuso al ex presidente Leonel Fernández su renuncia como precandidato presidencial para según su convicción, evitar que el presidente Danilo Medina decidiese optar por una Reforma Constitucional para intentar reelegirse hasta el 2024.

Otro miembro del Comité Central y precandidato presidencial, doctor Francisco Domínguez Brito, apareció en un spot televisivo, quemando una gorra del PLD, como reclamo del cese de las hostilidades y la corrupción.

Así mismo la diputada oficialista, miembro del Comité Político, precandidata a Senadora por la provincia San Juan de la Maguana y hermana del Jefe del Estado, Lucia Medina, aparece en un audio llamando a los empleados públicos, a defender su trabajo a través de la reelección del presidente Danilo Medina, mientras qué el doctor Leonel Fernández, sigue durísimo, repitiendo a viva voz, “Que No hay marcha atrás”

Si a todo esto le sumamos el silencio administrativo del presidente Medina respecto a la opinión al país sobre los comentarios de aprestos reeleccionista, podemos colegir en que no hay duda de qué, un partido con estos aprestos, es como si diera voz al pueblo y saber qué, de continuar tal situación, las organizaciones que han vivido estos escenarios, han estado con un pie dentro y otro fuera del poder.

Tal y como dijo en una ocasión, el extinto líder perredeísta José Francisco Peña Gómez: “Que al PRD, solo lo destruye el PRD”. Ahora podríamos afirmar, con toda contundencia: “Que al PLD, en los actuales momentos, solo lo destruye el PLD”. Esto así, por la dimensión del conflicto interno entre los dos grupos principales encabezados por Danilo y Leonel.

La beligerancia y la incontinencia verbal de algunos miembros del Comité Político, ha degenerado en una falta de legitimidad de este órgano de dirección, ya que han roto la disciplina estatutaria de unificación de criterio y el incumplimiento de los pactos que ellos mismos han suscrito en aras de garantizar la unidad como única garantía de triunfo.

Pues, bien. Unos que otros, y de ambas tendencias, se han maltratados verbalmente expresando en los medios de comunicación y redes sociales, sus preferencias puntuales, rompiendo, de ese modo, un orden establecido, que por décadas, ha reinado en ese partido, traducido en éxitos electorales.

Una vez llegado a este punto, entiendo que se impone, como única salida, una negociación política a gran escala entre las partes enfrentadas. Tanto Leonel como Danilo conocen el poder por dentro y también por fuera, y son consientes del poder autodestructivo que poseen.

Por esa razón se desprende que el expresidente Fernández, sabe perfectamente que el presidente Medina, no se irá a casa, sin que se le garantice una importante cuota de poder y se le quite el impedimento constitucional que le impide aspirar para siempre a la presidencia de la República y el presidente Medina igualmente es consciente, de la imposibilidad de un proyecto reeleccionista y la capacidad de Leonel y la oposición de frustrarla. En consecuencia, se impone el sentido común y se da paso a la negociación.

Esa negociación, pasaría irremediablemente, por una Reforma Constitucional que termine habilitando a Danilo a partir del 2024, y a la vez, la elección directa de Leonel como candidato presidencial y la unificación de todos los cuadros del Partido y el Gobierno en torno a su regreso y fin del conflicto. Todo lo demás pasa a un segundo plano.

Si, por el contrario, las partes recrudecen sus posiciones y se atrincheran en sus intereses particulares y de grupos, no interponiendo el interés general del Partido, la derrota electoral estaría más que asegurada.

 

Autor. Lic. Luis Columna Solano

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