¿Te consideras una persona controlada por el temor? ¿Con qué frecuencia este personaje visita tu vida? ¿Cuáles son tus estrategias para controlarlo y sacarlo de tu día a día?
Algunas de estas preguntas tuve que hacérmelas hace un tiempo para poder identificar donde estaba parada y como podía desde allí empezar mi transformación.
Les comparto un pequeño testimonio: Hace más de 1 año empecé a recibir muchos mensajes de parte de Dios sobre el temor y no entendía la razón. Era tanto así, que si en el grupo de oración me salía un papelito, siempre decía: NO TEMAS. Si me encontraba alguien en la calle, su mensaje era: DIOS ESTA CONTIGO, SÉ VALIENTE Y NO TEMAS. Todos los mensajes en las redes sociales se relacionaban con el temor y yo decía: Dios mío tú sabes que no soy una mujer de miedos, no entiendo el porqué de todas estas señales. Y es increíble lo detallista que es nuestro Señor que con tiempo de anticipación ya el venía preparándome para lo que acontecería en mi vida más adelante. Porque Él conoce nuestro pasado y nuestro futuro y solo Él puede prepararnos para la tormenta. Cuando llegó esa tormenta en mi vida, cada mensaje, cada papelito tomó sentido y por fin pude entender para qué fueron necesarias esas frases y palabras de aliento en su momento.
Veo hoy en día como el temor es tan común y cómo es experto en paralizarnos, cómo evita que busquemos más de Dios, cómo se enfoca en que no alcancemos nuestras metas, que no podamos reconocer nuestro valor y que sea imposible aumentar cada día nuestro amor propio. Quiero que sepas que hoy soy yo que te llevo este mensaje, como así lo hicieron en su momento conmigo. ‘’NO TEMAS, ESO PASARÁ’’. En la biblia encuentras 365 veces esta afirmación: ‘’NO TEMAS’’, una para cada día. No malgastes tu semana, dejando que el miedo te controle. Hazle caso a lo que te dicen desde el cielo, el poderoso gigante va contigo y no va detrás ni al lado, VA DELANTE DE TI, peleando tus batallas.
Aquí te regalo mi versículo favorito:
Isaías 41:10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
La acción cura al miedo y cuando decides accionar y sacarlo fuera de tu vida, él se irá. Pero primero te toca a ti dar el primer paso. No esperes que te consuma, no dejes que se formen esos monstruos mentales. La vida es demasiado bonita; no pierdas tiempo dejando que el miedo te arruine tus mejores ilusiones.
Escrito por Karla Patricia Zacarías Reinoso.