Río de Janeiro, 13 abr (EFE).- La expresidenta brasileña Dilma Rousseff, acusada por exejecutivos de Odebrecht de haber recibido donaciones ilegales para financiar sus campañas electorales y de estar al tanto de estas corruptelas, negó hoy haberle solicitado recursos a la constructora o tener conocimiento de ilegalidades.
Rousseff, en un comunicado divulgado este jueves por su asesoría de prensa, aclaró que nunca tuvo buenas relaciones con Marcelo Odebrecht, expresidente de la constructora y su principal acusador, y que durante su Gobierno se negó a atender varias de las peticiones de la mayor contratista de obras públicas del país.
"El señor Marcelo Odebrecht faltó con la verdad", asegura el comunicado al responder a las acusaciones que el empresario hizo en su testimonio a la Justicia, en el marco de un acuerdo de colaboración para obtener reducciones en sus condenas.
El empresario, condenado a 19 años por su responsabilidad en el escándalo por los desvíos en Petrobras, afirmó que Odebrecht hizo donaciones ilegales por 50 millones de reales (unos 16,1 millones de dólares) para financiar la campaña presidencial de Rousseff en 2010 y por 100 millones de reales (unos 32,2 millones de dólares) para la campaña en la que fue reelegida en 2014.
Odebrecht aseguró que tanto Rousseff como su antecesor y padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva, sabían que la empresa había hecho esas donaciones ilegales y tenían conocimiento de que los recursos procedían de una red de corrupción que asaltaba las arcas de la petrolera estatal.
Agregó que las abultadas donaciones, negociadas por intermedio del entonces ministro de Hacienda de Rousseff, Guido Mantega, compensaron decisiones del Gobierno que beneficiaron la empresa.
"En lo que se refiere a la contabilidad paralela de campaña, tanto Lula como Dilma tenían conocimiento de los montos, no necesariamente del valor exacto, pero sí de la dimensión de todo nuestro apoyo a lo largo de los años. Dilma sabía que gran parte de nuestro apoyo fue dirigido a Joao Santana (el publicista responsable por su campaña electoral)", acusó el empresario.
La Corte Suprema, que el martes anunció su decisión de abrir 76 investigaciones contra 97 políticos con fuero privilegiado citados en las delaciones de los ejecutivos de Odebrecht, envió las acusaciones contra Rousseff a otro tribunal debido a que la exmandataria, destituida en agosto pasado por irregularidades en las cuentas públicas, ya no es aforada.
La ex jefa de Estado, que tenía programadas una serie de conferencias en el exterior esta semana, hasta ahora no se había pronunciado sobre las acusaciones, pero finalmente lo hizo con un duro comunicado en el que descalifica a Marcelo Odebrecht.
"Es un hecho notorio que Dilma Rousseff nunca tuvo relación de amistad o proximidad con el señor Marcelo Odebrecht. Muchas veces las demandas de la empresa no fueron atendidas por decisiones del Gobierno, en respeto al interés público", asegura la nota.
De acuerdo con el comunicado, la relación distante y hasta conflictiva entre ambos quedó patente en el testimonio de Odebrecht, quien admitió sus dificultades para dialogar con la entonces jefe de Estado.
"Es mentira que Dilma Rousseff tuviese conocimiento de cualquier situación ilegal que pudiese involucrar a Odebrecht y sus dirigentes, así como a integrantes del propio Gobierno o a quienes actuaron en su campaña electoral", afirma.
La expresidenta asegura que Odebrecht no consigue demostrar ninguna de sus insinuaciones en el testimonio porque no ocurrieron y que, por lo tanto, miente.
"También son falsas las acusaciones de que Dilma Rousseff adoptó alguna decisión para beneficiar directamente a Odebrecht o cualquier grupo económico", agrega.
La ex jefa de Estado conmemora que, con la divulgación de los testimonios de los ejecutivos de Odebrecht, finalmente podrá tener acceso a las "acusaciones mentirosas" que manchan su honra y su vida pública, "tras meses de insinuaciones, sospechas infundadas y filtraciones selectivas".
Rousseff dijo esperar que las investigaciones de estas acusaciones sean realizadas con imparcialidad y transparencia, y sin encubrimientos políticos. EFE
