La República Dominicana adolece de grandes soluciones a grandes males. Males que recaen duramente sobre los más desposeídos, o como dijera en su época Evita Perón, a los descamisados o en sus escritos socioeconómicos de Carlos Marx y Federico Engels, por allá por la mitad siglo XIX, el proletariado, quienes componen una mayoría y que tienen sus esperanzas fijas en las decisiones de los que rigen los destinos nacionales. Y es que en el país existen tantos retos que se tornan como desafíos, por lo difícil de enfrentar y concretizar, como la Pobreza, los servicios públicos de salud, embarazos de adolescentes, atención al envejeciente, Delincuencia y seguridad ciudadana, así como educación, la prolongada e ineficaz crisis eléctrica, de la cual me referiré como uno de los principales en resolver.
Eso sí que se califica como más que un problema como un verdadero desafío o reto, gobiernos tras gobiernos llevan años, visualizando y planificando la solución a este gran y difícil problema nacional, calificado como un mal sin solución por lo prolongada e ineficaz crisis eléctrica.
El dominicano tiene la percepción de que este reto no tiene solución, a pesar de las descomunales inversiones y deudas acumuladas. Supuestamente se ha develado lo que era un secreto a voces, según los expertos, la impagable deuda de más de mil millones de dólares, que cada día se infla más y más como un gigante incontrolable..
Muchos expertos llegan a la CDEEE con la ingenua idea de solucionar el gran reto del país, que vive desde el pasado, se posiciona en el presente y se perfila perpetuarse hacia el futuro, pero el problema persisten y sabe Dios por cuantos años más, tristemente los más pobres son los más afectados, como todos los males sociales de la tierra de Duarte y Pedro Mir.
Lamentable y desesperanzador representa también un gran reto es la falta de credibilidad en el Estado y la pérdida de confianza de los ciudadanos, que por años venimos arrastrando como un estigma nacional, dejan de un lado la esperanza de que la crisis energética tenga solución en nuestro país. Mientras, la percepción nacional ha dado un giro con todo lo del discurso presidencial, las medidas de austeridad anunciadas, por lo que se percibe que la fe no se ha apagado, hay una llama aun de esperanza.
Entendemos que la iniciativa y el ánimo del presidente, Licenciado Danilo Medina de resolver el problema eléctrico con Punta Catalina, la cual el mismísimo presidente aseguró “será el entierro definitivo de los apagones en nuestro país”.
Ahora el desafío es que quienes acompañan al mandatario le tomen la palabra y quiera materializar las metas alcanzables del mandatario sanjuanero, aprestan buenos augurios, esperamos que este 2018 entrante sea el año que se acabe ese problema, ya que presidentes van y vienen y los apagones siempre permanecen, espero y confío que eso acabará pronto.