República Dominicana requiere una renovación urbana. En ese proceso caben al menos dos modelos.
Uno que permita destruir viviendas y levantar apartamentos bajo un fideicomiso. Y el otro la intervención en barrios para mejorar las viviendas agregando nuevos espacios, techo, piso, servicios sanitarios y pintura. Arreglar su entorno.
Todo vía bancaria. Los recursos vendrían de la banca, el Presupuesto nacional y financiamiento internacional. Las familias deberán pagar el monto de la inversión en plazos acorde con sus ingresos. Incluso el plan puede estar vinculado a la seguridad social.
Una clara política pública que generaría gran cantidad de empleos y riquezas. Y revalorizaría la conducta colectiva.