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19 de abril 2024
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OpiniónJuan LópezJuan López

Rendimiento de cuentas con más promesas que realizaciones

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Para cumplir con el mandato constitucional (Art. 114), el presidente Abinader acudió ante la Asamblea Nacional, y con un discurso de 13,468 palabras, casi dos horas (1:54), hizo  su segundo “rendimientos de cuentas”,  en cuyo contenido se observa auto sobre valoración,  súper  optimismo y, otra vez, más promesas que realizaciones durante el pasado año 2021.

Naturalmente, para “tratar de justificar” ese negativo balance se agarró de la coyuntura internacional:  Los obstáculos generados por la pandemia del coronavirus, los aumentos del petróleo y de la materia prima que se importa y hasta del conflicto Rusia-OTAN-Ucrania.

El Presidente hizo gala del costoso manejo por parte de su gobierno de la crisis sanitaria generada por la pandemia. Pero no dijo una sola palabra de los millones de dólares que perderá el país por varias improvisaciones y errores cometidos en el proceso de vacunación.

Como se supone que el Presidente aprovecharía ese escenario para  hablar de  “sus verdaderos logros”  y las soluciones que implementó  a los principales problemas y necesidades que afectan al pueblo dominicano y no lo hizo, entonces un amplio sector de la población quedó totalmente insatisfecho de este rendimiento de cuentas, lo cual se comprueba en las opiniones aparecidas en los medios de comunicación y redes sociales, inmediatamente después de finalizar dicha exposición.

Porque el Presidente mezcló sus pocas ejecutorias con su amplio rosario de promesas, propias de un candidato, en ese discurso escuchamos, entre las muchas promesas para el futuro estas perlas de soluciones: “Enviaré al congreso los proyectos de ley para el fideicomiso público, para la ley de hidrocarburo y mi apoyo al proyecto de ley de extinción de dominio para recuperar el dinero robado al pueblo”.

Sin embargo, el Presidente olvidó referirse, aunque sea superficialmente,  a la “suerte” del necesitado Código Penal y no se acordó del problema de la drogadicción ni  de los legisladores del PRM que supuestamente están vinculados al narcotráfico, que continúan en la nómina del congreso nacional.

La clase media fue otro ausente, al ignorar la drástica disminución de su poder adquisitivo así como la indiferencia ante los problemas económicos y obstáculos burocráticos que están golpeando a las pequeñas y medianas empresas, importante renglón para la economía popular.

Es menester recordar que quien habló ante la Asamblea Nacional, este 27 de febrero, fue el presidente y virtual candidato que pretende su reelección en el 2024, para lo cual no desaprovechó este augusto escenario para seguir haciendo promesas y más promesas, sin mencionar con sinceridad y objetividad el alto déficit en el paquete que  prometió en febrero del 2021 y que no cumplió. Un ejemplo: De las 45 mil viviendas que ofertó, apenas llegó a  95 casas en el 2021. ¡Evidente fracaso de ese proyecto!

Para no hacer más extensa esta reflexión en torno al discurso presidencial, finalizamos afirmando que, con excepción de sus funcionarios, un sector del PRM y  algunos representantes de la gran empresa, el pueblo dominicano, en especial las clases medias y sectores populares,  quedó muy decepcionado con respecto a las expectativas creadas con este rendimiento de cuentas del presidente Abinader.

No obstante, albergamos la esperanza que el optimismo del Presidente y sus aspiraciones reeleccionistas le sirvan de estímulos para poner los pies sobre la tierra, conectarse con el pueblo y para que pueda superar las improvisaciones, los errores cometidos y ser consecuente con las principales necesidades del país para que sus ejecutorias, en lo que resta del 2022, se correspondan con la realidad nacional y aporte soluciones a la inseguridad ciudadana, a la creciente inflación, al desempleo, a la crisis sanitaria legada por la pandemia, a la institucionalidad y transparencia.

Así, en su próximo rendimiento de cuentas podrá exhibir verdaderas realizaciones acordes con los más perentorios problemas, a partir de lo cual, los dominicanos celebraremos con patriótico orgullo el próximo aniversario de la independencia nacional, al ver que avanzamos en la meta de materializar el sueño de nuestros patricios Duarte, Sánchez, Mella y Luperón, disfrutando de libertades de una auténtica gobernanza democrática. ¡Ojalá así ocurra en este 2022!

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