La estabilidad macroeconómica, la institucionalidad y gobernabilidad democrática de nuestro país ameritan que, gobernantes y gobernados, reflexionemos seriamente sobre varias situaciones que impactan en la sostenibilidad de la paz social y el progreso de nuestra sociedad:
2.- La asfixiante inflación que, para el Banco Central está en 9.63 %; pero que los precios de los principales productos de la canasta familiar que consumen la clase media y los pobres están por encima del 15 %, demandan que el gobierno del PRM-Abinader se enfoque, como principal tarea, en aportar soluciones que detengan ese inflacionario e incendiario proceso, ¡antes que sea demasiado tarde!
3.- También urge que el gobierno del PRM-Abinader coloque en el orden de prioridad 1-A las ejecutorias destinadas a detener la creciente y peligrosa delincuencia social que tiene en desasosiego a la familia dominicana. Es válido recordar que la seguridad ciudadana es imprescindible para el desarrollo económico y social de nuestro país. ¡La familia dominicana merece vivir en paz!
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4.- Independientemente de nuestros deseos, gobernantes y gobernados debemos estar atentos ante la profundización de la grave crisis económica, política y social por la que atraviesa la vecina república de Haití, donde las bandas armadas y delincuenciales así como la falta de institucionalidad y gobernabilidad están reinando; lo cual provoca la permanente y masiva migración de haitianos y el peligroso tráfico de drogas, armas y acciones vandálicas. ¡Mucha atención ante las complicadas crisis haitianas!
5.- Al finalizar mayo y en la víspera del verano, volvimos a padecer de tandas de odiosos e insufribles apagones que, todos los indicadores señalan como responsables a las gerencias, falta de planificación y malas prácticas en las empresas generadoras y distribuidoras de energía eléctrica, tan indispensable para las actividades empresariales, comerciales y para la preservación de la salud y bienestar de nuestra familia. ¡Dichos apagones significan un cambio de reversa en RD!
Por Juan López