Las quejas parecen generalizadas por la inconducta de la ciudadanía al no querer asumir el distanciamiento social y las medidas precautorias contra la pandemia que está azotando al mundo, lo que incluye a la República Dominicana.
La gente insiste en no resguardarse, y simplemente adopta la actitud de ignorar la existencia del COVID-19 y en consecuencias de sus efectos de contagios y de letalidad.
Son muchos los escenarios en que se observa la misma conducta de quienes se congregan. Lugares de diversión abiertos, bares, restaurantes, ríos y galleras.
Buena parte de la población no le para a nada, pese a que los centros hospitalarios nos indican que están repletos de pacientes enfermos por la pandemia.