Este fin de semana, sábado y domingo, puede consignarse como la evidencia del proceso que seguimos hacia las elecciones nacionales pautadas para el 2020.
El primer presagio es sobre la intensidad con que lo viviremos. Y el segundo es como escenario de grandes pactos y acuerdos políticos. Sobre todo, los actos de estos dos días revelan los niveles de enconos que hay entre el danilismo y el leonelismo en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en su lucha por el poder.
Y es obvio que ese nivel de enconos sólo se salva con grandes pactos, o que una de las fuerzas aplaste a la otra. Y es delicada la situación, pues pese al cansancio la oposición aún no muestra sus fortalezas para el éxito electoral.