Las cajas van cargadas de miseria, para personas sumidas en ese estado de vida. Algunas de pobreza material y muchas quebradas del espíritu y así hemos acostumbrado a la gente a esperar una dádiva aunque no la necesite.
Es indigno el escenario lanzando cajas y ancianos y jóvenes expuestas a perder la vida en una situación vergonzosa. Y no se rechaza que se asista a aquellas familias que estén impedidas de acceder a la alimentación básica.
Seguimos haciendo política con la miseria y con esa práctica hemos quebrado el espíritu del país, que es como decir la principal fuerza de una nación para salir a camino. No sigamos revolcándonos en el lodo pretendiendo salir bañados.
Rompamos el círculo vicioso.