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19 de abril 2024
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3 min de lectura Cumbre

¿Qué podemos aprender de la nueva prioridad estratégica en la política exterior danesa y su apuesta por la “Diplomacia Tecnológica”?

Dinamarca es el primer país en contemplar la designación de un Embajador en Silicon Valley, dicha persona será quien tendrá a su cargo encabezar la nueva iniciativa de Diplomacia Tecnológica, haciendo de la tecnología y la digitalización una prioridad en todo el Servicio Exterior danés, incluso ellos prevén convertirla en una prioridad en su red […]

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Dinamarca es el primer país en contemplar la designación de un Embajador en Silicon Valley, dicha persona será quien tendrá a su cargo encabezar la nueva iniciativa de Diplomacia Tecnológica, haciendo de la tecnología y la digitalización una prioridad en todo el Servicio Exterior danés, incluso ellos prevén convertirla en una prioridad en su red de embajadas en todo el mundo. Aunque este tipo de cobertura no es nueva, y de cierta forma diplomáticos de Dinamarca y otras naciones la vienen haciendo desde hace ya tiempo, los daneses reconocen que necesitan hacer más al respecto, a la vez teniendo un enfoque mucho más sistemático en estos esfuerzos.

Todos sabemos que el sector tecnológico es cada día más influyente en nuestras vidas. Apple, Google, Microsoft, Facebook, entre otras… son macroempresas que pueden llegar a tener una capacidad enorme de influencia en las decisiones políticas de los Estados. Algunas de ellas con valores de mercado superando el PIB de la mayoría de las naciones. De hecho, la suma de los valores bursátiles de Apple y Google sería tal que, de ser Estados, estarían a nivel de pertenecer al G20, el grupo de los países cuyas economías son las más potentes del mundo.

Microsoft Supera el PIB de Bélgica y solo es un poco menor al de Suecia y Facebook se compara al de Irán actualmente.

Al analizar datos como estos es evidente que hay una necesidad de asegurar de que entendamos y tengamos en cuenta los enormes efectos que la tecnología está teniendo en nuestra sociedad, en el sentido más amplio posible: Político, económico y ético.

Al igual que como participamos en un diálogo diplomático con los países, también tenemos que establecer relaciones priorizadas y amplias con los actores de la tecnología en epicentros y potencias como Silicon Valley, Shenzhen y otros lugares; y por último, pero no menos importante, las universidades, la sociedad civil, las ONG, las ciudades y las regiones que tienen conocimientos y experiencia valiosos en este ámbito.

En República Dominicana nuestras empresas aún no han saltado al tren de digitalización. Necesitamos más especialistas en TI (Tecnología de la Información) dentro de nuestra fuerza laboral. En adición nuestra balanza comercial, en cuanto a comercio electrónico se refiere, es negativa en comparación con otros países de Latinoamérica.

Un aspecto importante para un país en desarrollo como nosotros sería el aprovechamiento de estos conocimientos para el crecimiento económico. Nuestras embajadas podrían ser utilizadas como satélites avanzados que alimenten la información de nuestra formulación de políticas en casa. Por eso en un mundo globalizado debemos ser prestos a ver lo que está haciendo el mundo y poder crear la condiciones de integrar las buenas prácticas.

No obstante, al igual que conversaciones bilaterales con gobiernos extranjeros, habrá cosas en las que estamos de acuerdo y cosas que no, pero ambas son buenas razones para el diálogo.

Por: Horacio Vicioso Galán

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