La democracia no se sustenta en el dinero, sino en la conducta de los dirigentes y de los partidos políticos. Pero, sobre todo, en la de la ciudadanía.
El sistema político dominicano no colapsará si se reduce el porcentaje a los ingresos que reciben indexados del presupuesto nacional. Y mucho más en un año en que no hay actividades electorales.
Tendríamos que decir que, por el contrario, podrían mejorar su imagen y su confianza frente al creciente descreimiento de la sociedad en estas instituciones y en sus dirigentes.
Verlos asumir un compromiso en una situación tan especial como la que vive la República Dominicana podría ayudarlos.
Resistirse es poco inteligente, pues ponen su interés como una prioridad.