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19 de abril 2024
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OpiniónKelvin JiménezKelvin Jiménez

Proximidad policial y covid-19

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La irritación colectiva que generó la muerte de George Floyd tuvo un efecto expansivo que llego a más de 30 ciudades en el territorio norteamericano. Fue notorio observar en los distintos medios de comunicación, escenarios de violencia callejera y grandes manifestaciones de protestas. Sin entrar en las consideraciones propias de la discriminación racial que aún impera en los Estados Unidos, solo me permito recordar un video viral que tuvo un enorme impacto por el mensaje que trasmitió en materia policial.

El audiovisual narra la historia de una niña de 10 años que, paseando por un parque, entra en pánico; empieza a llorar y levanta las manos totalmente aterrorizada cuando observa una patrulla policial, cuenta la madre Dandra Brown que al percatarse de la situación una mujer que formaba parte de la unidad se acerca y calma la niña diciendo lo siguiente: “tranquila no todos somos malos, te ves realmente asustada, este mundo loco te está dejando muchas cargas”.

En ese mismo tenor, a raíz de los distintos enfrentamientos y abusos policiales para hacer cumplir el llamado a toque de queda, el director de cine y connotado actor Waddys Jáquez señaló recientemente: “no podemos vivir en un país donde tú tengas temor cuando ves a un policía, cuando se supone que los agentes deben inspirar seguridad”.

Ciertamente, no todos los policías son malos, pero todos tienen que generar seguridad entre la ciudadanía y actuar apegados a los principios constitucionales que garantizan el estado de derecho y hacer un uso proporcional de la fuerza. Tenemos la convicción de que la institución del orden está perdiendo una maravillosa oportunidad de integrar a la ciudadanía como un aliado para el cumplimento de la ley, prevención del crimen y fomentar una convivencia pacífica.

Los ejemplos en ese sentido también lo encontramos en videos que han tenido repercusión como aquellos policías que llevaron al niño pescador a su casa, o el oficial que con altura entró a un culto religioso e invitó a los feligreses a retirarse a su casa porque no estaban cumpliendo con el distanciamiento social. Si la Policía Nacional se enfoca más en la prevención que en la represión, ganamos todos. Por un lado, permite interactuar de forma educativa con respecto al covid-19 y el por el otro manifiesta el deseo de cuidar y preservar la salud de los ciudadanos generando un clima de confianza.

Es mucho de lo que se habla de proximidad policial y poco lo que se practica, es propicio recordar que la misma es una estrategia de gestión policial y “promueve el acercamiento con los ciudadanos, vistos como corresponsables en la producción de la seguridad, para conocer sus problemas y solucionarlos colaborativamente”. De ahí es que entendemos que el contexto social que nos ofrece esta pandemia es el escenario ideal y olvidar la concesión dictatorial de mano dura.

Hoy tenemos una institución seriamente afectada, cuyo accionar tiene una orientación recaudadora para el Ministerio Público y no la principal colaboradora del Ministerio de Salud Pública, hoy tenemos a los policías patrullando con efectivos militares cuando deberían estar acompañados de jóvenes voluntarios para dar las debidas orientaciones a la población y hacer cumplir las medidas de distanciamiento social.

Hoy la policía sigue haciendo los días grises en los barrios marginados y sembrando el odio y el temor. Esperamos que el memorándum número 00948 del día 14 de enero del año en curso del director policial, mayor general Edward Ramón Sánchez González, cumpla con el objetivo de ir reorientando la labor policial en tiempos de covid.

 

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