Este proceso judicial que se ha iniciado por los sobornos de Odebrecht resulta complejo, complicado e interesante. Lo será desde todo punto de vista, pues la gente ha reclamado justicia y deberá seguir exigiendo y vigilando cada uno de los pasos que se den en torno al mismo.
Este tipo de juicio es público y sirven, esencialmente, para educar a la ciudadanía sobre asuntos técnicos judiciales para juzgar a los imputados. Hay que respetar derechos y el debido proceso, pero será un gran desafío para el Ministerio Público y para el Poder Judicial para responder a sus responsabilidades ante la sociedad.
Algunos imputados pueden terminar arrastrando a otros, si revelan informaciones útiles sobre la corrupción.