Santo Domingo 23 / 31 Soleado
ENVÍA TUS DENUNCIAS 829-917-7231 / 809-866-3480
24 de abril 2024
logo
OpiniónVíctor Manuel PeñaVíctor Manuel Peña

¿El problema es del merengue o de los merengueros?

COMPARTIR:

Ante la acusada crisis comercial del merengue, los protagonistas del género, los merengueros sobre todo, la atribuyen a una multiplicidad de factores que nada tienen que ver las causales o causantes reales del problema en cuestión.

No solo soslayan u olvidan, a propósito o no, el contexto histórico en que se produce esa baja comercial del merengue, sino también la dialéctica del cambio.

Razón por la cual lo viejo, para sobrevivir, convivir y competir con lo nuevo, tiene que innovarse y renovarse permanentemente.

Así, el problema no es o no reside, obviamente, en el merengue sino en los merengueros.

La inmensa mayoría de los merengues que suenan todavía hoy fueron grabados, musicalizados y convertidos en grandes éxitos en el decenio de los 80 del siglo pasado.

Mi generación  vivió y disfrutó en grande en labios de los actuales merengueros, músicos y orquestas, los merengues de ese tiempo, que, dicho sea de pasada, constituyó la época de oro del merengue.

Pero con esos viejos merengues no hay posibilidad alguna de convencer, complacer y mover a las juventudes de este siglo XXI.

Y efectivamente, el cambio de contexto no solo tiene que ver con que estamos viviendo una nueva época sino que la generación joven de hoy o las generaciones jóvenes de hoy no son las de los ochenta.

La generación de los 80 ya envejeció, y con ella envejecieron los merengueros, los músicos y las orquestas de ese tiempo.  Claro, hablo no solo del envejecimiento físico sino también del envejecimiento espiritual y moral.

¡Aunque el envejecimiento espiritual y moral no es un compañero inseparable del envejecimiento físico!

La música está concebida y estructurada, como manifestación preclara del arte y de la cultura en general,  para estar dirigida a todos los públicos, pero la música vista en la perspectiva del comercio está dirigida generalmente a las generaciones jóvenes.

Los merengues de los 80, sus letras y su musicalidad (su melodía, su armonía y su ritmo), no expresan los sentimientos, las aspiraciones, las expectativas, las emociones, los gustos y los deseos de las nuevas generaciones de estos tiempos del siglo XXI.

Y es eso lo que explica que otros géneros musicales, aún con poco contenido, sean los que estén en el centro de la atención y los gustos de la juventud de este siglo XXI.  El Dembow, por ejemplo.

El  merengue como género no ha muerto ni va a morir.  Pero así como la música y el arte en general, como expresiones de la realidad material y de  la cultura de un pueblo o de cada pueblo, no son estáticas ni se agotan en una época del tiempo.

Lo que significa que el merengue, como género y como expresión musical, sí puede innovarse y renovarse.  La evolución del merengue tiene que darse necesariamente mediante el mecanismo de la innovación y la renovación.

Y lo verdaderamente irrebatible en el contexto histórico universal es la gran y permanente evolución de la música de los griegos hasta nuestros días.  Eso ha implicado una evolución del mismo concepto de la música en el campo de la historia universal.

El merengue estilizado que tenemos es una evidencia concreta de la evolución del merengue, ya que su punto de partida o de referencia fue el merengue típico. Precisamente de los 81 géneros musicales que hay en el mundo, es el merengue típico el que figura como género musical, y no el merengue estilizado.

Los que no se han innovado ni renovado son los merengueros que siguen atados, como el diablo a la cruz, a los merengues de los 80.

Y ellos que se hicieron millonarios en los 80 con las letras y la música de las canciones de esa época, creen, vanamente digo yo, que pueden seguir acumulando fortunas en estos tiempos diferentes con la misma propuesta musical de hace aproximadamente 37 años.

Por eso es que sostengo que el problema de fondo no está en el merengue, sino en los merengueros que no quieren innovarse y renovarse.

Es obvio que el merengue para competir y poder comercializarse necesita nuevos aires, nuevos contenidos y una expresión musical más rica, diversa y atractiva y que exprese los problemas, las aspiraciones, las expectativas y los gustos del mundo de hoy, sobre todo, de la juventud.

Pero hay un problema prácticamente insalvable para los merengueros conectar con el espíritu de los jóvenes de la actualidad, y es que unos, los menos viejos, superan la frontera o barrera de los 60 y la otra camada está entre los 70 y los 90 años, y eso plantea casi un problema estructural para que esos merengueros puedan conectarse esencialmente con el espíritu de los jóvenes de hoy y expresar su sensibilidad, sus gustos, sus preferencias, sus aspiraciones y sus expectativas.

Solo una generación de merengueros jóvenes podría expresar en las letras y la música del merengue la sensibilidad, el lenguaje y los códigos de los jóvenes de hoy.

Los exponentes de los nuevos géneros que compiten con el merengue son jóvenes que salen de los barrios, que aunque no tienen o tienen muy poca formación académica y muy poca o ninguna formación musical,  sí tienen las vibras, los códigos, el lenguaje y la sensibilidad de la juventud de hoy.

Aunque hay quienes en nuestro país le sacan en cara al merengue o género urbano que no es música; lo cierto es que el merengue urbano figura como género musical dentro de los 81 géneros musicales que hay en el mundo actualmente incluyendo el rap, el reggae y el reggaeton.

Aunque no hay una definición o conceptualización única y absoluta de la música en el mundo, asumimos la idea de que la música es el arte y la técnica de “combinar coherentemente los sonidos y los silencios en el tiempo de acuerdo con los principios de la melodía, la armonía, la métrica y el ritmo”.

O como dicen algunos la música es “sonoridad organizada” en el tiempo y en el espacio y difundidos los flujos sonoros a través del aire.

La finalidad última de la música, como expresión alegre y viva del arte, es provocar una “experiencia estética”, yo diría emoción estética, en el receptor o escucha, traduciendo en movimientos, gestos y actitudes el cúmulo de emociones recibidas a partir de los flujos sonoros que se aposentan en su mente, en su corazón y en su espíritu.

Y el género urbano o música urbana provoca todo lo anterior en los jóvenes de hoy.

El género urbano o música urbana no deja de ser música porque a las generaciones que sobrepasan la barrera de los 60 años no les guste.

Es verdad que el contenido de las letras es muy pobre, y creo que sus exponentes deben abocarse ya a mejorar sus letras para que puedan incidir positivamente en la formación y orientación de las nuevas generaciones.

Eso quiere decir que la música urbana o el género urbano tienen que abocarse ya a un necesario proceso de modernización, readecuación y evolución de sus contenidos y de sus propuestas musicales.

La música de hoy, y muy especial y particularmente el género urbano o música urbana, traduce y expresa en su muy pobre contenido un signo de los nuevos tiempos: la superficialidad o la era de la forma o de la vaguedad timbrada y membretada por la globalización, la cual tiene sus dimensiones culturales en el mundo y en la humanidad de hoy.

Aunque esa música no deja de expresar problemas de una juventud atrapada en su proceso desarrollo en los barrios marginados, como consecuencia de la exclusión social vivida dramáticamente a diario en estas sociedades subdesarrolladas, pobres y atrasadas.

Entonces la música urbana es una vía de escape, que en ocasiones puede servir como vía de ascenso social, en esta dialéctica de lo antagónico y de los contrastes,  para los encartados o enrolados en este tipo de música.

Otro género musical, reconocido mundialmente, es la bachata.  Es hora ya de que la bachata también sea declarada patrimonio cultural de la humanidad.

¡El merengue en su evolución es digno de escalar etapas superiores sin desmedro de la calidad y de su exuberante riqueza como género y como expresión musical vibrante de la vida de nuestro pueblo!

Comenta

[wordads]