Cada tema que surge provocando elrechazo de casi todo el país, encuentra a un defensor de primera fila, y sellama Prim Pujals.
No hay nada que se plantee o sedenuncie, cuestionado y criticado por la sociedad, que no cuente con el apoyo yrespaldo del senador por Samaná.
Parece que él mismo se ha propuestoperseguir aquellos casos que tienen el repudio de la población, para salir endefensa de ellos.
Algo así como llevarle lacontraria a la conciencia ciudadana y al sentir de la nación. Exactamente locontrario para lo que él fue electo legislador.
Incluso, mientras otros políticosrehúyen a temas espinosos, en aquellos que la población ha expresado su repudio,él se esfuerza para que lo entrevisten y dar su parecer totalmente de espalda alo que quiere o siente la gente.
Es asombrosa la manera de cómoeste hombre se ocupa en salir a defender, aunque nadie se lo crea (tal vez ni élmismo), lo indefendible.
Con su incomprensible actitud parecieraque él procura hacer notar su “solidaridad” con los personajes involucrados enescándalos, sin importarle que fue electo senador para estar del lado de lacolectividad, del país, no para hacer causa común con dos o tres que se meten enproblemas.
Su más reciente acción fue acudira solidarizarse con el director de la Policía Nacional, para defender a éste dela denuncia de una abultada y exagerada escolta que ni el propio general NelsonPeguero Paredes ha querido aclarar.
Como diría el común de la calle,lo de este senador “no tiene madre”.
El pueblo le paga y el senador ledevuelve con malas acciones.