El paso del tiempo ha puesto en su justo lugar de importancia la visionaria decisión del ingeniero Juan Ulises García Saleta, el inolvidable Wiche, que junto a un ejército de deportistas se apropió de los terrenos del antiguo aeropuerto General Andrews, a manera de invasión, para la creación del Parque Metropolitano.
Un gran pulmón verde con canchas y estadios de béisbol celosamente cuidado y desarrollado por Wiche y su equipo de hombre, entre los que sobresalía Francisco Altagracia Geraldino, Chapea, que con rastrillo y machete en manos dieron inicio al visionario proyecto de construir un complejo deportivo para la juventud en 1966.
Años después se logró la sede de los XII Juegos Centroamericanos y del Caribe con el entusiasta y aguerrido Wiche a la cabeza, lo que permitió la transformación del Metropolitano con la construcción del Estadio Olímpico, Palacio de los Deportes, Velódromo, Piscina y pabellón para voleibol y de combate en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, sede del magno certamen que se celebró exitosamente en 1974.
Con el paso del tiempo ese valioso espacio que contribuye a combatir la contaminación ambiental y sónica ha ido cambiando, las áreas verdes se han ido reduciendo para darle paso a pabellones para la práctica de otros deportes, además de acoger a distintas federaciones deportivas nacionales.
Amén de las mutilaciones que ha sufrido el valioso centro para darle paso a las paradas del Metro de Santo Domingo de la avenida John F. Kennedy y el llamado puente corneta de la avenida 27 de febrero con Ortega y Gasset.
El montaje en el país de los Juegos Panamericanos de 2003 obligó a la construcción de otro gran espacio denominado Parque del Este, que acogió más instalaciones para competencias de deportes emergentes, ya que para tales fines, el Centro Olímpico quedaba pequeño.
Hace unos días le manifesté mi preocupación al ministro de Deportes, Francisco Camacho, durante su comparecencia en el programa Meta Deportiva, sobre la conservación del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte como el pulmón ambiental que sigue siendo para el polígono central del Distrito Nacional, porque me preocupa que sigan sembrando varilla y cemento.
Entiendo que en el Parque del Este cabe muy bien la pista de bicicross que ha generado el conflicto entre la federación de taekwondo y de ciclismo, con las especificaciones que lleva y otras facilidades que por falta de espacio no tienen actualmente.
La oportunidad es grandiosa para aprovechar el Parque del Este y masificarlo, darle vida con nuevas instalaciones para las federaciones que las necesitan y que ya las están solicitando, lo que daría un respiro y la oportunidad de seguir preservando la arboleda existente en el Centro Olímpico.