«Hacer un libro sobre Sami Kafati es casi una obligación por lo que representa en la producción cinematográfica hondureña», indicó René Pauck, director de la Cinemateca Universitaria, a Efe en Tegucigalpa antes de presentar la publicación.
Agregó que Sami, quien murió en Tegucigalpa a los 59 años, «es un icono del cine» y que «hasta ahora lo que se había hecho era recuperar sus filmes, sus documentales».
Pauck, un francés con más de 40 años viviendo en Honduras, recordó que sobre Sami había unos textos escritos de una manera esporádica en algunas revistas y periódicos, «pero no se tenía algo que contara su vida completa».
En ese sentido, señaló que con el equipo de la Cinemateca pensaron en que sería «muy importante dejar una huella escrita de la obra de Sami Kafati.
A la presentación del libro asistieron autoridades de la UNAH, familiares de Sami Kafati y productores de cine y televisión, entre otros invitados.
«La Cinemateca no solo rescata películas, sino que también escribe sobre películas y cineastas, y por su calidad, Sami es el primero a quien se le edita un libro», subrayó Pauck.
Añadió que con el libro se quiere «rescatar la memoria histórica del cine hondureño con Sami y sus amigos».
«Es justo y necesario y me siento muy orgulloso de poder presentar este libro», apostilló René Pauck.
La principal obra de Kafati fue «No hay tierra sin dueño», filmada en blanco y negro, en 16 milímetros, entre 1985 y 1990.
La película es una historia sobre los problemas de los campesinos y el dominio de los hacendados en las zonas rurales de Honduras.
El control que el terrateniente Calixto ejerce sobre un pueblo desde su hacienda, se mezcla con la historia de amor de su hija Carmen.
Además de director, Sami Kafati fue el guionista, director de fotografía y productor de la cinta, la que, cuando murió, estaba en la fase de copia de trabajo.
Su viuda, Norma de Kafati, se propuso entonces llevar hasta el final la producción y así hacer realidad el sueño del cineasta, lo que se logró a inicios del presente siglo.
El director de fotografía chileno Héctor Ríos, un viejo amigo de Sami, recomendó a su compatriota Carmen Brito Alvarado para concluir la película, que ha sido laureada en festivales internacionales.
Brito Alvarado rescató la copia de la cinta y el audio para trabajar en la edición definitiva.
El trabajo de la cineasta chilena fue financiado con fondos públicos de Francia, donde también se realizó la postproducción, que terminó en 2001 e incluyó restauración de imagen y sonido digital.
Sami Kafati estudió dirección cinematográfica en Roma y es considerado como el «padre» del cine hondureño, pues su película «Mi amigo ángel» (1962), fue la primera película filmada en Honduras.
Entre sus primeros trabajos destacan «Neruda, hombre y poeta», documental que filmó en Chile con el poeta Pablo Neruda, y «Más allá del 70», un programa político para Canal 13 de la Universidad Católica.
Kafati, quien siempre rechazó trabajar en video, también produjo en Honduras documentales institucionales y ecologistas, entre otros trabajos.
