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20 de abril 2024
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OpiniónJuan LópezJuan López

Preguntas que provocan reflexiones

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Recientemente,  congresistas, funcionarios y ciertas ONGs norteamericanas volvieron a promover, a través de diferentes medios de comunicación, dos delicadas y comprometedoras mentiras:

  1. a) “La RD  tiene la mayor cantidad de personas apátridas en el hemisferio oeste, de acuerdo  al último  informe de Trata de Personas publicado por el Departamento de Estado norteamericano.  Al menos 135,000 dominicanos de “ascendencia haitiana” como apátridas de hecho y vulnerables al tráfico de personas»,
  2. b) “Un informe del Subcomité de Comercio del Congreso norteamericano proclamó que en la RD  los haitianos que laboran en los campos cañeros del país son maltratados, incluso con trabajos forzados”.

Al reflexionar sobre esas dos falsas denuncias, preguntamos: a) ¿Qué hay detrás de dichas denuncias? ¿Qué espurios intereses están moviendo esas calumnias?  ¿A qué y a quiénes quieren inducir los promotores de esas inoportunas falacias? ¿Con esas infamias contra el Estado y pueblo dominicanos se pretende beneficiar al muy sufrido pueblo haitiano?

Sin lugar a dudas, producirá efectos contrarios, tal cual boomerang, esas calumnias contra RD ¿aumentan o disminuyen las predisposiciones y enconos entre   las élites económica e intelectual de Haití y ciertos sectores dominicanos?

Los nicaragüenses “celebraron” (así entre comillas), el pasado 19 de julio, el 43º aniversario del triunfo de  la “Revolución Sandinista”, contra la cruel dictadura de los Somozas, en el 1979; esa victoria militar y política  retumbó pletórica de alegría y esperanza en los pueblos latinoamericanos.

El actual mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega, ha sido presidente durante cinco períodos. Cuatro de esos gobiernos consecutivos de cinco años. El pasado año se reeligió en compañía de su esposa  Rosario Morillo como vicepresidente.  Es decir, de esos 43 años del triunfo Sandinista, el presidente Ortega ha gobernado en más de 23 años.

Al reflexionar sobre la enorme crisis económica, social y política en la que, actualmente,  se encuentra postrada Nicaragua preguntamos:   ¿Los líderes de la “revolución” han cumplido las promesas de mejorar la calidad de vida  y terminar con la pobreza en Nicaragua?  ¿Se respetan los derechos y cultura de los pueblos indígenas nicaragüenses?

Los partidos de oposición fueron impedidos de participar en las pasadas elecciones y sus dirigentes presos, perseguidos  o huyendo; ¿El gobierno de Ortega respeta las  libertades y  derechos humanos, una de las principales promesas de la “Revolución Sandinista”? ¿Esa admirada “Revolución” llenó las expectativas creadas o se ha convertido en  un pésimo ejemplo  para las presentes y futuras generaciones latinoamericanas?

Las elecciones municipales, congresuales y presidenciales de la RD se realizarán dentro de dos años, febrero y mayo del 2024. Los partidos ya se encuentran inmersos en sus precampañas para seleccionar sus candidatos a cargos populares. Inclusive, el gobierno del PRM-Abinader está realizando, diariamente, proselitismos reeleccionistas. Sin embargo, las leyes de partido y electoral (Nos. 33-18 y 15-19) son obsoletas, desfasadas, con más de diez artículos anulados por el Tribunal Constitucional; necesitan urgentes actualizaciones.

La Junta Central Electoral sometió,  hace varios meses, las propuestas para ser actualizadas. Por eso preguntamos: ¿Por qué dichos proyectos de leyes, tan imprescindibles para realizar unos comicios transparentes, equitativos, democráticos y libres de toda sospecha, están dormidos y engavetados? ¿Por qué razón el gobierno del PRM-Abinader no actúa con coherencia y agiliza la aprobación de las actualizaciones de las leyes de partido y electoral?

Esperamos que nuestros respetables lectores proporcionen y promuevan respuestas objetivas, justas, lógicas y satisfactorias a las preguntas nacionales e internacionales que acompañan estas reflexiones. ¡Ojalá así ocurra!

 

POR  JUAN LÓPEZ

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