En este tramo de su vida el PRD debe volcarse a ser un partido de cuadros, de valores, de principios y presentar una oferta electoral acorde a la realidad y a la gente.
Ahora, las mentes más brillantes, los talentos, los creyentes en las ideas son los que lograran, en este mundo del conocimiento y la tecnología, que Republica Dominicana entre al escenario mundial del desarrollo colectivo.
El PRD, con Miguel Vargas en el liderato moderno busca su identidad acorde a los tiempos, con un quehacer político diferente, gerencial, diplomático, de consenso y concertación a los fines de conjurar los males nacionales.
Debe dejar a un lado el paternalismo y el clientelismo político, que se ha constituido en una retranca para el desarrollo integrar de los dominicanos.
Asumir el PRD esa tarea implica que haya una revolución en su organización interna y organizacional.
Se hace necesaria la profesionalización del quehacer político.
El PRD, su dirigencia tiene que aplicar acciones permanentes de crítica, debate, diálogo y propaganda, es decir, de acción política permanente….
El partido blanco necesita de cuadros político que propaga pensando, que dialoguen con crítica, hacia sí, su comunidad partidista, su Partido y su sociedad. Claro, sin descuidar al promotor electoral.
La transformación de los Partidos políticos en una democracia pasa necesariamente por la interacción entre teoría y práctica, siendo los cuadros políticos los representantes por excelencia de la ciudadanización del Partido a través de esta interacción.
El PRD con Miguel Vargas en el liderazgo debe presentar una nueva etapa de escuela de cuadros políticos.
Así el PRD alcanzará sus dos principales objetivos: incentivar la participación ciudadana y ganar elecciones.
El PRD debe ya abocarse a la creación de la Escuela Nacional de Cuadros.
Ese debe ser un reto primario del PRD liderado por Miguel Vargas.