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19 de abril 2024
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OpiniónRolando FernándezRolando Fernández

¿Por qué en Dominicana no ocurren?

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¡Es obvia aquí, la ausencia de acciones sociales reivindicativas contundentes! Lo que se puede advertir en ese orden, no es significativo. ¿Cuándo aparecerán esas en el escenario nacional?, como muestra de “un basta ya”, respecto del nivel de hartazgo, que innegablemente hoy se verifica a nivel de la población.

Los pueblos se cansan, soportan hasta un día, y de repente actúan; proceden súbitamente, y sin medir consecuencias, en contra de quienes los atropellan, les burlan, y golpean de manera constante, según sostienen los sociólogos que en verdad investigan.

¿Qué estará pasando entonces con el nuestro? ¿Lo habrán anestesiado con dosis muy altas de “alucinógenos”? ¿O, será que en verdad se acabaron los hombres en este país?

Son esas las interrogantes que tantos se hacen, al reflexionar sobre las amargas realidades que se observan en el mismo; como, las mofas, y los engaños a granel, procedentes de los representantes más connotados de la clase económica dominante, y política a nivel nacional, con excepciones muy marcadas.
Porque, para continuar siempre resistiendo, y dejándose golpear, como burro de carga, soportando solo impuestos abusivos sobre su “lomo”, sin retribución alguna, entre otras cosas; y, callar ante las tantas desaprensiones adicionales en que incurre la mayoría de los políticos de nuevo cuño que se gasta la nación, una gran parte ladrones de cuello blanco, con el concurso del poder económico “respaldante”, una de esas dos cosas, o ambas a la vez, es lo que debe estar ocurriendo. ¡Otra razón no se explicaría!

Cómo es que esta sociedad no se ha revelado contra sus verdugos, tan a la vista, que viven “muertos de risa”, como se dice, y ostentando riquezas mal habidas; burlándose cada día más del grueso de los ciudadanos menos pudientes aquí. De aquellos que se han encargado solamente de robarse una gran tajada del patrimonio público, y hasta el aliento de la gente en esta nación.

Faltará mucho para que las expresiones de protestas debidas, con fuerte ahínco, se dejen sentir en Dominicana, a los fines de enfrentar a los tantos que han abusado de sus conciudadanos, revestidos siempre de impunidad absoluta, es otra gran la pregunta que cabría hacerse.

También, para que los hombres nacionales de pelo en pecho que puedan quedar, se inclinen por reclamar una subsistencia más digna, para ellos mismos, y todos sus congéneres locales, abandonados a la suerte, en este pedazo de isla que, por los innúmeros comportamientos inadecuados que se observan, se puede considerar como algo muy parecido a una zona selvática en el área del Caribe.

Por lo que se advierte, los políticos que están en el Gobierno, como tampoco aquellos que se destacan dentro de la seudo oposición local vigente, no les mueve la menor intención de nada hacer, para enmendar ninguna de las innúmeras deleznables situaciones que afectan a este pueblo, maltratado en extremo por el bandidaje desaprensivo que ha estado al mando de los destinos nacionales, desde hace ya varios lustros.

Si este conglomerado social, adormecido casi por completo, no despierta, y exige los correctivos pertinentes, ¡qué ya se imponen!, sus derroteros serán más inciertos cada vez; vivirá en un ambiente de mayores carencias, y actos delincuenciales, corrupción estatal rampante, e impunidad a todos los niveles; incertidumbres por doquier; y, obligado a tener que acogerse a los caprichos y avaricias desmedidas de los politiqueros del patio, y sus canchanchanes costeadores de campañas electorales, detrás siempre de las reciprocidades de estilo.

Dicen que, “hasta la belleza cansa”. ¿Qué estará pasando entonces en Dominicana? ¿No aplicara aquí esa máxima? ¡Lamentable, si es así!

Autor: Rolando Fernández

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