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24 de abril 2024
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OpiniónHumberto SalazarHumberto Salazar

El PLD en la encrucijada donde fracasaron todos

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Me muero de la risa cuando uno de los periodistas ¨matusalénicos¨ del país nos calificaba como militante de la ¨vieja guardia¨ del balaguerismo, en relación a nuestra posición histórica frente al tema de la reelección, porque para nada negamos que pertenecemos a esa generación de políticos, y estamos mas que obligados a reconocerlo.

Es por esto que la vida nos ha permitido vivir desde dentro los procesos, mas bien intentos de transición generacional, que han intentado los partidos que desarrollaron nuestro, todavía en evolución proceso democrático, escenario donde tanto el Partido Reformista Social Cristiano como el Partido Revolucionario Dominicano han fracasado.

Ahora en circunstancias aun mas complejas, por la rapidez evolutiva que lleva la llamada sociedad 4.0, donde los procesos de cambio se han acelerado de manera exponencial, el Partido de la Liberación Dominicana, el único que permanece de los tradicionales del sistema, se enfrenta a retos inéditos en el panorama político nacional.

Para nada la lucha que se avecina en el PLD trata de candidaturas, reelección versus no reelección, ¨danilistas¨ contra ¨leonelistas¨ o algo que se le parezca a estas contradicciones que son parte del anecdotario diario de los comentarios de pasillo y ¨análisis¨ de programas de radio y televisión, eso es parte de la cotidianidad y parte de una visión superficial de lo que ocurre en la sociedad dominicana.

Es un problema mucho mas profundo, donde una generación de la ¨vieja guardia¨ peledeísta, mas muchos de los enganchados, como vagones de tren, a esa locomotora que habrá´dirigido el país por 16 años consecutivos al llegar a la segunda década del siglo XXI, quiere seguir viajando en un tren a vapor, cuando las nuevas generaciones de dominicanos no tienen ningún vinculo emocional con la historia que esa gente dice defender.

Y es que el problema a que se encuentra enfrentado el PLD en estos momentos, es igual al que se enfrentaron primero el PRSC y luego el PRD hace unos años y en ambos casos estos partidos fracasaron y los ha llevado a resultados electorales que hacen dudar a muchos de su supervivencia.

El centro de la lucha de los peledeístas es quien dirigirá la transición hacia un nuevo escenario partidario, si hay todavía alguna capacidad para entender que a nadie le importa si usted es fundador o no de un partido político, que la historia en esta etapa de la humanidad de construye cada día y se rompen abruptamente los vínculos con el pasado, con generaciones de jóvenes que exigen respuestas y participación que les es negada.

En el caso del reformismo, contra lo que tanta gente repite sin conocer los hechos, Joaquín Balaguer si designó personas para que se ocuparan de hacer la transición de su partido, que el final era su principal legado político, y lo hizo de modo publico, con nombres designados por el mismo y con una misión específica, reorganizar toda la estructura del PRSC para hacer sobrevivir lo que suponía era una debacle al sentir la cercanía de su muerte.

El PRD no es la excepción, a pesar de que después de la muerte de su líder José Francisco Peña Gómez llegó al poder, nunca se pudo hacer una transición hacia una nueva generación y cuando se intentó, fue lo que quiso hacer su actual Presidente Miguel Vargas, causó una división que dio a luz un nuevo partido, el Partido Revolucionario Moderno, donde en forma incongruente habita la parte mas rancia y atrasada del antiguo PRD.

Es decir el PRM es lo mas parecido a lo que cuenta F. Scott Fitzgerald en su libro ¨El Curioso caso de Benjamin Button¨, que habla de un niño que nació con el cuerpo de un viejo de 80 años de edad, en el libro, el viejo va rejuveneciendo hasta volverse un niño, en la realidad dominicana ese partido tiene en su seno a los políticos mas retrogrados y atrasados de la política nacional, nada que ver con la historia del genial escritor norteamericano.

Tanto el PRSC como el PRD han pagado el precio de no haber entendido el espacio histórico que en su momento les tocó vivir y el camino correcto para la transición de un liderazgo individual y personal, hacia una dirección colectiva, insistieron en la confrontación interna planteando una lucha por el poder.

Lo cierto es que sin pensar siquiera que a los dominicanos hacía tiempo no les importaban las siglas, la llamada historia de lucha, los nombres que eran el símbolo de la cohesión de esas organizaciones, simplemente confiaron en que los colores blanco o rojo eran suficientes para movilizar a los votantes hacia sus organizaciones y hoy en día luchan por mantenerse por encima del 5%, única garantía de financiamiento y supervivencia.

Pues parece ser que a algunos de los dirigentes del PLD les esta ocurriendo lo mismo, no se dan cuenta de que le han cerrado las puertas a las nuevas generaciones, que esos jóvenes ya son mayoría en la República Dominicana, que los nombres vinculados a la historia de esa organización ya no tienen vínculos con los que decidirán las próximas elecciones, y que insistir en reeditar luchas tontas por candidaturas que cada día se alejan de una realidad que nos viene encima, es una apuesta a una aventura que nos puede llevar al abismo como nación.

Sin embargo los retos en los actuales momentos son mas complicados de entender ¿es posible que los que dirigen el PLD comprendan el abismo que existe entre muchos de ellos y lo que piensan sus hijos, sobrinos, y para algunos, hasta los nietos? ¿Le importan a estos muchachos los nombres de Bosch, Balaguer, Caamaño o hasta la idealización que algunos ellos tienen con los dictadores cubanos?.

La respuesta es un no absoluto, para muchos de los que dirigen el PLD la historia dominicana se detuvo en 1961, fecha en que fue muerto el dictador Trujillo, y en su lucha por no ser ya parte del pasado, podrían llevarse con ellos a la única organización política que todavía se puede decir sobrevive al ¨ciclón batatero¨ que afecta al sistema de partidos políticos en la República Dominicana.

Pregunten a sus hijos y nietos si están de acuerdo en sentirse excluidos de la elección de candidaturas para las próximas elecciones, será mejor que chequeen su padrón a ver cuantos de los ¨millenials¨ (nacieron después del 82) y la generación Z (nacieron después del 2000) son parte de esas añejas listas que algunos defienden como si se les fuera la vida en ello, usando todo tipo de argumentaciones y subterfugios legales donde solo existe un afán irracional por mantener fuera de las decisiones a quienes decidirán tan pronto como el 2020.

Ojalá estuviésemos equivocados, quien mas que nosotros que ya somos parte de la ¨vieja guardia¨, solo que la historia reciente nos he enseñado que no lo estamos, en el PLD o se propicia una apertura hacia desde el poder hacia las nuevas generaciones de dominicanos que exigen participación, o ese partido, al igual que les ha sucedido a los otros, morirá de éxito y se le pondrán sus flores.

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