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23 de abril 2024
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OpiniónHumberto SalazarHumberto Salazar

¿Pinchar teléfonos? en el siglo XXI eso hace rato que paso de moda

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Han querido armarle un escándalo al Ministro de Interior y Policía, Carlos Amarante Baret, porque dejándose acorralar en una entrevista transmitida por televisión, se puso en su boca la afirmación de que el gobierno escuchaba comunicaciones telefónicas usando la siguiente expresión: ¨nosotros sabemos lo que se habla por teléfono y lo que circula por Whatsapp¨.

Fue tanta la presión por medio de una campaña en las denominadas redes sociales, soportada por un titular del único periódico vespertino que existe en el país, que el funcionario corrió a aclarar a través de Twitter, que ¨el Gobierno es respetuoso de los ciudadanos¨ y que se refería ¨a los mensajes que llegan a nuestros teléfonos sin ningún esfuerzo de nuestra parte¨.

En la República Dominicana, como sucede en casi todas partes del mundo, la expansión de las tecnologías de la información y la comunicación, cuya representación mas común desde hace algunos años es el teléfono móvil, se ha hecho a expensas de la invasión de la privacidad de cada uno de los ciudadanos que habitamos este planeta.

En el libro 1984, escrito poco después de finalizada la segunda guerra mundial, George Orwell describió una sociedad totalitaria, dominada por ¨el gran hermano¨, que era capaz de mirarlo todo, dominarlo todo y controlar la vida de todo el mundo, una especie de espía omnipresente hasta en nuestros pensamientos.

Precisamente en medio de este conflicto bélico, surge lo que fue una red global de espionaje secreta, hasta que se confirmó su existencia por medio de los Wikileaks de Julian Assange y la deserción del analista de la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (NSA) Edward Snowden, que muchos denominan la Red Echelon.

Este sistema consiste en un software o programa informatico, que enlaza a bases terrestres, satélites, antenas, radares y equipos que sirven para escuchar conversaciones, que se analizan por medio de computadoras y robots dotados de inteligencia artificial, que capturan los billones de datos que son transmitidos diariamente a través de los medios digitales de comunicación.

Para tener una idea de la forma en que se ha desarrollado esta red de espionaje global, con una investigación mínima nos informaremos de que los años 90 cuando todo se transmitía a través del fax, ya existía un sistema para leer este tipo de comunicación, clasificarlos, inventariarlos y guardarlos si tenían alguna importancia.

Con el tema de las llamadas telefónicas, hace muchos años que no se ¨pinchan¨ como decimos popularmente los teléfonos, los países dueños de los satélites a través de los que conversamos tranquilamente por nuestros equipos, capturan nuestras voces antes de llegar a las antenas de nuestras telefónicas, y son capaces de identificar la voz, transcribir en forma automática lo que decimos, determinar en tiempo real si tiene importancia o es un tema sensible y guardar lo que decimos.

Es decir, hace mucho tiempo que se llegó a la personalización de las llamadas telefónicas, no importa el número o compañía que usemos, a través de la identificación de la voz de la o las personas que son el blanco para la grabación o seguimiento de las conversaciones, por lo que los únicos que se libran se ser seguidos por esta red global de espionaje, son los que nunca usan un teléfono ni se conectan a un sistema de comunicación, algo muy poco probable en la época que estamos viviendo.

Si pensamos que los Estados Unidos, como líder en el desarrollo de los sistemas de comunicaciones en los últimos 50 años, controlan toda la red de satélites de comunicaciones del mundo, tanto por medio de equipos de sus compañías de telefonía, como los denominados satélites secretos dedicados al espionaje, entonces es este país, junto con el Reino Unido, el que domina este sistema.

No importa si los satélites de comunicación son de la red Intersat, Intersputnik de Rusia, de la Agencia Europea o un país que haya puesto en órbita su propio satélite de comunicaciones, la Red Echelon es capaz de hacer la interceptación de todo lo que se habla, manda o recibe en los diferentes sistemas de comunicación.

La organización que está detrás de todo esto es la National Security Agency (NSA) de los Estados Unidos, ya que prácticamente todas las comunicaciones que se producen en el mundo, no importa el origen, pasan por los nodos de de control que tiene esta agencia de espionaje e información, de modo tal, que como lo denunció en su momento el analista de esta agencia Edward Snowden y los Wikileaks, los norteamericanos interceptaron hasta el teléfono de Angela Merkel, la Canciller alemana, uno de sus mejores aliados en Europa.

La verdad es, que aunque esta red se dedicaba a grabar y seguir comunicaciones consideradas importantes en los años 70, cuando no existía la generalización de los sistemas satelitales para vincular dispositivos móviles, ya en el año 2000 se grababan mas de 3000 millones de datos diarios, lo que ha crecido de modo exponencial a grabar 2000 millones de datos cada hora, de decir en nuestros días lo que era una sistema para seguir algunos temas se ha convertido en la grabación de todo lo que se habla, dice, manda o se recibe.

En los mismos Estados Unidos, donde hasta el 11 de septiembre del 2001 la ley prohibía grabar las conversaciones de sus propios ciudadanos, de modo que por medio de un acuerdo con el Reino Unido, era este ultimo el que grababa las conversaciones de los norteamericanos y posteriormente compartía la información con las agencias de espionaje de ese país, después que fue promulgada la Patriot Act en el gobierno de George Bush Jr. esto se obvió en base a la política que denominan de seguridad nacional contra el terrorismo y el crimen organizado.

Parece que en el imaginario popular dominicano, es lo que demuestra la tonta discusión sobre escuchas telefónicas a que hacemos referencia, existe todavía alguien con unos audífonos, con un grabador o una libreta de apuntes, escuchando lo que hablamos o conversamos por nuestros teléfonos, cuando esa figura no existe desde hace muchos años, es mas quedó atrás hace mas de 60 años.

Lo que existe es una red de escuchas de todas las comunicaciones que se producen por medio de cualquier tipo de equipo electrónico, que graba todo lo que hablamos y el procesamiento de palabras claves, voces específicas, lugares señalados, que son del interés de los servicios de espionaje de los países, muy especialmente los Estados Unidos, que tienen bases militares terrestres alrededor del mundo y son dueños de la red de satélites de comunicación mas importante del planeta.

Cualquier espía de poca monta, pueden grabar lo que decimos con equipos sencillos y accesibles a poco presupuesto; puede activar a distancia la cámara de nuestros teléfonos móviles, computadoras personales y de escritorio, para vigilarnos en tiempo real en nuestro trabajo, habitaciones y llevar apuntes de nuestra vida personal o laboral.

Este es el mundo digital en que vivimos, así que las ridiculeces que hemos leído en estos días sobre las declaraciones del Ministro del Interior de nuestro país, no son mas que una muestra de la falta de información sobre el mundo en que vivimos, donde una de las discusiones principales que existe es precisamente si perdimos ya el derecho a la privacidad porque lo regalamos a las multinacionales que nos venden productos, nos entregan teléfonos móviles y nos incentivan a entregar nuestros datos personales mas íntimos a las denominadas redes sociales.

Cuando hace poco tiempo escapó Joaquín ¨el chapo¨ Guzmán de una cárcel de alta seguridad en Mexico, recordamos que Popeye, el sicario preferido de Pablo Escobar, advirtió en su canal de Youtube que si este le ponía la mano a un teléfono móvil podía darse por muerto, solo pensemos como fue recapturado este siniestro personaje, por las comunicaciones con dos actores a través de la red celular, elemental como dice Snowden, todos estamos vigilados.

 

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