Normalmente, la población padece por las cosas pequeñas en su dinámica cotidiana. Aunque las grandes obras resultan transformadoras. Y no se trata de hacer un dilema entre las pequeñas cosas y aquellas que no lo son.
Esto, si lo hubiese, se resuelve con el establecimiento claro de las prioridades. Y estas por lo regular se establecen atendiendo al momento en que vivimos. Igual, se puede decir que el procedimiento es válido para las personas, las instituciones y para los gobiernos.
Si nos vamos a lo principal, el trabajo salva toda situación de dificultad. Y ahora se trata de ver cómo, poco a poco, pero consistentemente, reactivamos todas nuestras actividades.
Aunque, asumiéndolo con cuidado y responsabilidad.