Los gobiernos dominicanos han jugado al dejar hacer a los haitianos y sus defensores internacionales y nacionales por conveniencia económica.

Las construcciones, estatales y privadas han venido usando mano de obra haitiana por ser más barata que la nacional en franca y abierta violación a la ley y en perjuicio del presente y el futuro del país.

Basta salir a la calle en todo el territorio nacional para ver que estamos invadidos pacíficamente, ya se están tornando violentos por la desesperación que tienen al ver que su país no existe.

Urge hacer frente a esa invasión con decisión y entereza, sin miedos ni medias tintas, la razón es nuestra, y el presidente Luis Abinader ha sido claro y ha actuado en consecuencia, es hora de todos ponernos a una y frenar a los haitianos antes que sea demasiado tarde.

POR GERMÁN MARTÍNEZ